miércoles, 21 de abril de 2010

Leído en viajes



José Viñals, Pan; Pre-Textos, Valencia, 2009



El argentino José Viñals es uno de los poetas más prolíficos de los últimos años, lo que convierte sus libros –como es lógico– en entregas con puntos álgidos y algunas caídas. Pan guarda muestras de ambos, con predominio de aciertos; en concreto, la visión de lo cotidiano a través de la poesía me ha parecido muy interesante. A destacar, como es habitual en el autor, el cuidado de ciertas imágenes y el modo de mirar, a medio camino entre el desencanto y la celebración.







Richard Ford, Mi madre; Anagrama, Barcelona, 2010



En la línea de Desgracia imperorable, de Handke, pero con menos impulso trágico, Ford describe casi notarialmente la vida –circunstancial, en apariencia anecdótica– de su madre y su sentimiento de pérdida. Lo valioso sería el modo en que el autor intenta rellenar o resaltar la experiencia vital de Edna Aikin / Ford, y localizarla en un tiempo y un espacio, siendo consciente de la dificultad de hacerlo: “hay algo, cierta esencia de la vida, que no surge con claridad de estas palabras. No hay palabras suficientes. No hay acontecimientos suficientes. No hay memoria suficiente para rememorar toda una vida y ponerla en orden, darle exactitud” (p. 61). Un libro entrañable donde lo que más emociona es el distanciamiento (anglosajón, si me permiten) que, en todo instante, intenta mantener Ford sobre la persona a la que debe su existencia.







Stanislaw Lem, Magnitud imaginaria; Impedimenta, Madrid, 2010




Sobre este libro hablaré de forma más extensa en otro lugar, pero si leyeron Vacío perfecto o incluso si no lo leyeron no deberían de perderse esta maravillosa colección de prólogos a libros inexistentes. La inteligencia, la desbordante imaginación y el agudo sentido del humor de Lem tienen pocos parangones en la literatura universal. Para muestra un botón: “Reginald Gulliver se presenta al lector en el primer capítulo como filósofo-diletante y bacteriólogo ‘amateur’ que un buen día, hace dieciocho años, tomó la decisión de enseñar a las bacterias la lengua inglesa” (p. 54). De aquí para arriba.









Fernando Krahn, Bichografías; Seix Barral, Barcelona, 2010


Las viñetas del dibujante chileno Krahn reunidas en Bichografías representan a una serie de insectos ficticios, alguno de los cuales son realmente memorables. El pequeño volumen, publicado dentro de la interesante colección Únicos de Seix, es uno de los libros más imaginativos y que más me ha divertido en los últimos meses.







Jimena Néspolo, La señora Sh; Alción Editora, Córdoba (Argentina), 2010


La profesora y poeta argentina Jimena Néspolo publica este poemario despojado, de tono realista con ciertas licencias oníricas o fantásticas. Con lenguaje directo y prosaico, característico de libros de poemas narrativos, cuenta la historia de Sh., una mujer que parece haber tenido un gran amor extraconyugal y que, tras dejarlo atrás, se ve obligada a vivir en el silencio (sh.) y la incomprensión de los demás, a concentrarse en su centro ausente.

[Relación con los autores reseñados: ninguna.

Relación con las editoriales: ninguna con Anagrama, Alción e Impedimenta. Seix y Pre-Textos son las editoriales de mis últimos libros]




martes, 6 de abril de 2010

Alba Cromm





I


Alba Cromm cuenta varios meses de la vida de la protagonista homónima, una policía especializada en delitos tecnológicos que persigue a Nemo, un peligroso hacker pederasta. Para cazarlo utilizará todos sus recursos, incluido el de invitar al delincuente informático a participar en una delirante competición: la que busca obtener la recompensa que el multimillonario Lesmer ha ofrecido a quien logre pasar el escudo de inteligencia artificial de sus programas, configurado como un hombre virtual llamado Nautilus.


La novela está situada en un futuro inmediato y construida como un ejemplar de Upman, una revista ficticia de tendencias para hombres. Presenta una visión realista y muy oscura de las tecnologías de la comunicación, tanto digitales como analógicas.


Alba Cromm, además, tiene un precio razonable.



II


Alba Cromm tiene aspectos cervantinos. Pretende ser una parodia de las nuevas formas populares de narración, que no son las novelas pastoriles o de caballerías, como en los tiempos de Cervantes, sino las revistas masculinas y femeninas y la publicidad. Estos retratos mediáticos dan la pauta del modelo imaginario de nuestro tiempo: las revistas para hombres imaginan a un supermacho poderoso y viril, rico y conquistador, que sería el descendiente fantástico de los caballeros tipo Amadís de Gaula. Las revistas para mujeres, por su parte, ofrecen el rol de una supermujer ejecutiva, buena amante, sin arrugas y buena madre, que lo mismo puede “dorar una lubina / que discutir de ciencias y aun de arte” (La venganza de don Mendo). Este modelo femenino de ciencia ficción sustituye o sucede al de las princesas idealizadas tipo Dulcinea y a las amadas pastoriles que encendían la imaginación de Garcilaso.


La publicidad es el relato medio visual que completa el trío de discursos parodiados por Alba Cromm: contra su exceso hipercómico, aporta su exageración corrosiva.


El segundo aspecto cervantino de la novela es más profundo: alude a la estructura autorial del relato, a su conformación narratológica. Esto hay que dejárselo a los demás críticos literarios, pero todo giraría en torno a una pregunta: ¿quién es el narrador de Alba Cromm?

Otra pregunta para los críticos: ¿dónde acaba esta novela? ¿Está toda la novela contenida en el volumen publicado? ¿Qué efectos tendría una respuesta negativa para el concepto tradicional de crítica, sostenido en el puro texto?



Madrid, New Mexico, Estados Unidos, 21/03/2010