tag:blogger.com,1999:blog-36905558.post6293860026701695011..comments2024-01-23T18:10:50.311+01:00Comments on Vicente Luis Mora. Diario de Lecturas: Materiales (diversos) para entender la nueva narrativaUnknownnoreply@blogger.comBlogger54125tag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-89618529964842872462009-10-14T21:04:43.034+00:002009-10-14T21:04:43.034+00:00necesito saber quienes el autor y el titulo de la ...necesito saber quienes el autor y el titulo de la opbra donde cuya frase ("seres laminados de la angustia") aparece<br />los datos que se me dan son<br />idioma: Castellano<br />Buscara a partir de 1900<br />Area : Literatura<br />y la fecha de la muerte aproximada : cerca de 1950<br /> gracias quisiera saberlo lo mas pronto<br />me gustaria contar con sus ayudaAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-55471463668480517712007-11-29T23:59:00.000+00:002007-11-29T23:59:00.000+00:00Deleuze, desde el otro lado (como diría bidyox, y ...Deleuze, desde el otro lado (como diría bidyox, y Fernández Mallo, desde Mallorca -supongo-, estarán encantados con su condescendencia, Sra. Egarter. Yo, modestamente, le agradezco que les perdone usted la vida, y les permita vivir, y permita reediciones a Deleuze (porque se las permite, ¿verdad?) y ediciones a Mallo (¿le permite seguir escribiendo, o debe de pedir perdón antes?). Gracias por su generosidad, seguiremos aprendiendo.Vicente Luis Morahttps://www.blogger.com/profile/02645684920765729611noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-72816148556442696682007-11-29T12:56:00.000+00:002007-11-29T12:56:00.000+00:00La sequía de auténticas novedades en el panorama l...La sequía de auténticas novedades en el panorama literario español se hace evidente en cierta ansiedad esnob por ver surgir algo supuestamente distinto, para así poder celebrarlo y aclamarlo como esas fans de los Beatles que se tiraban de los cabellos. La prueba más clara fue la bendición unánime que recibió Nocilla Dream por parte de la crítica especializada. Libro de prosa contenida (más bien desapasionada) que configura un catálogo de postales excéntricas y curiosidades varias. Según su prologuista, la novela se aventura por caminos no trillados. Como si hasta hace poco el cine no hubiera estado dando el coñazo con Babel. Qué obsesión con el efecto mariposa, con el marco global, con vincular historias que transcurren en sitios remotos, y qué fácil resulta si Internet sirve como enlace. No hay nada de novedad, más bien es todo una gran obviedad: este libro en estos tiempos, las críticas que ha tenido y reacciones como ésta insinuando que está sobrevalorado. En fin, para propuestas literarias elaboradas con conocimiento científico y artístico, cultura pop y mucha información, quisiera recomendar Las partículas elementales y La velocidad de las cosas, obras explosivas e imaginativas que además apuestan acertadamente por la más lúcida reflexión. Sin duda para apreciar un libro como Nocilla Dream hace falta un mínimo de inteligencia y conocimiento, del que probablemente carezco. Sin duda para elogiar esta novela sin el menor reparo, hace falta mucho, muchísimo esnobismo. No es un prejuicio, es un postjuicio: me he leído el libro hasta el final. Prejuicio-postjuicio, ya ves, no sólo Delleuze puede masturbarse con palabritas. (Laura Egarter)Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-55875749850376488132007-11-27T13:41:00.000+00:002007-11-27T13:41:00.000+00:00El valor del texto de Gándara radica precisamente ...El valor del texto de Gándara radica precisamente en situarse en el mismo plano que Verdú, de ahí, a mi entender, su eficacia no a la hora de adelantar nada, sino en rebatir a Verdú. No sé si me explico. <BR/><BR/>Por lo demás, yo no tengo una postura definida con respecto a este debate, excepto la de que me parece mal planteado. No creo que haya que poner normas porque no hay normas. Habría que preguntarse, en todo caso, por qué buena parte de la narrativa que se escribe hoy no nos satisface, sin limitarse a responder que la razón estriba en que se repiten formas caducas, o en que no se cuenta con myspace. Eso es una soplapollez. Se contará con myspace si surge la necesidad de escribir algo a partir de ahí, pero no como premisa. <BR/><BR/>En un sentido amplio, todas las formas están caducas. La cuestión es cómo se utilizan y para qué.<BR/> <BR/>Saludo:<BR/><BR/>Elvira.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-82486242959151214342007-11-27T08:40:00.000+00:002007-11-27T08:40:00.000+00:00A mí me parece un artículo el de Verdú muy valient...A mí me parece un artículo el de Verdú muy valiente, extremadamente valiente, diría yo, eso ya capta mi simpatía. Si somos sinceros, como a nosotros, al cambio, no nos conoce ni cristo, a veces no nos damos cuenta de la valentía que hay que tener para, siendo tan conocido y prestigiado, y en un medio de tanta difusión, escribir algo así, que es un tirón de orejas al grueso de los novelistas de su generación en activo, y a no pocos de nuevas generaciones. Si alguno de nosotros llegase algún día a estar en un puesto literario así, ya veríamos si mantendría sus posturas, ahora tan en apariencia valientes. Ser intelectualmente valiente es eso, precisamente, piar cuando eres conocido, no cuando no te conoce ni dios. En ese sentido simpatizo de entrada con el texto. Porque arriesga y se mete en una cuerda floja. <BR/> <BR/>Por lo demás, el contenido me parece bastante lúcido, lógico e inteligente. Hay cosas que no comparto, pero eso no quita para que aprecie en él muchos puntos de valor. Una buena parte de lo que dice son asuntos que hemos tratado en este blog y en los que una amplia mayoría estuvimos y estamos de acuerdo. <BR/>Dejando aparte, el obvio e irónico chiste que hace Verdú al llamarle Decálogo, desde luego que me parece un artículo medular. Ya en el 2001 hizo uno titulado "¿Vivir o leer novelas?", que al menos para mí fue un referente a la hora de encarar otra forma de narrar. Cojonudo Verdú!Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-49304800265297398832007-11-27T01:52:00.000+00:002007-11-27T01:52:00.000+00:00A modo de ejemplo, me parece mucho más interesante...A modo de ejemplo, me parece mucho más interesante, enriquecedor, necesario, inteligente e inspirador lo que dice Agustín Fernández Mallo en esta interesante entrevista para Deriva.org, que imagino realizada por Javier Moreno:<BR/><BR/>http://www.deriva.org/entrevistas/entrevistas.php<BR/><BR/>Ahí se dicen algunas cosas que valen para el futuro, mientras Verdú y Gándara siguen viendo la cosa (y quizá es lógico que lo hagan, por edad o formación sentimental) en pasado. Saludos a todos.Vicente Luis Morahttps://www.blogger.com/profile/02645684920765729611noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-87748408190827125782007-11-26T21:47:00.000+00:002007-11-26T21:47:00.000+00:00Gracias, Elvira, aunque obviamente no estoy de acu...Gracias, Elvira, aunque obviamente no estoy de acuerdo con ninguno de los dos, ni con Verdú ni con Gándara. Saludos.Vicente Luis Morahttps://www.blogger.com/profile/02645684920765729611noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-18274713433858776652007-11-26T21:40:00.000+00:002007-11-26T21:40:00.000+00:00Os copio un texto de Alejandro Gándara que respond...Os copio un texto de Alejandro Gándara que responde muy certeramente al decálogo de Verdú. El texto está colgado en el blog El escorpión. <BR/><BR/>Suerte en el Cervantes, Vicente.<BR/><BR/>Un saludo:<BR/><BR/>Elvira.<BR/><BR/>Ahí va lo de Gándara: <BR/><BR/>LA NOVELA EN EL SINAÍ<BR/><BR/>Lo primero que resalta de la propuesta de Verdú es que utiliza como referencia de la novela "antigua", identificada en general con la del XIX, elementos como la intriga, el relato lineal rematado con "apoteosis" y el hilo argumental bien tirante y llevando al lector del anzuelo.<BR/><BR/>Es difícil saber de qué novela habla, pues ni Stendhal, ni las Brönte, ni George Eliot, ni Flaubert, ni escritor alguno de cierta altura se adhiere a semejante esquema. No digamos los clásicos de principios del XX, Joyce y demás. Lo único equivalente son las novelas de cordel, los folletines y la novela popular en general, de ahora y de siempre.<BR/><BR/>Otra cosa es que, cegado por la actual confusión, en que la literatura de masas trata de hacerse pasar por obra de arte con la confabulación de todos, al autor del artículo le haya parecido que es culpa de la antigüedad y no de las supercherías del presente. De modo que la mayor parte de sus disparos o se gastan en salvas o cañonean mosquitos.<BR/><BR/>La segunda cuestión de importancia tiene que ver con el ser moderno y actual. Bien, precisamente la modernidad de la novela y de la literatura en general se edificó sobre dos pilares fundamentales: la autonomía de la creación y del creador respecto de los poderes y el canon social, por un lado, y la construcción de realidades alternativas a la realidad construida por la comunicación y las fuerzas económicas y políticas, por otro. (La idea de "modernidad" como ruptura total con el pasado, como inspirada exclusivamente en sí misma, sin nada detrás, es más bien "posmoderna" y warholiana).<BR/><BR/>Dicho de otro modo, lo "moderno" de la novela ha sido siempre un cierto desapego, cuando no directamente una reacción ante los cambios y las imposiciones de la sociedad. Stendhal despreciaba la meritocracia del dinero, los románticos atacaban a la burguesía de su tiempo, Conrad odiaba el motor de combustión interna y Faulkner, la democracia representativa.<BR/><BR/>Pueden buscar ejemplos y se encontrarán con que el género de novela no ha sido especialmente empático con el mundo que le ha tocado vivir.<BR/><BR/>Más aún, con bastante frecuencia lo más revolucionario ha sido volver la vista atrás para argumentar contra el presente. Kafka no hubiera existido sin el cuento de sabiduría oriental y sin las parábolas. Ni Emily Brönte sin la Biblia. Lampedusa y Proust restituyen un pasado con rasgos de Antiguo Régimen. Mann torna a Goethe, y la ultimísima novela a fuentes naturalistas.<BR/><BR/>Es decir, estamos ante una forma literaria más bien conservadora en su trato con la actualidad, aunque adopte posturas críticas. Hay que señalar, por lo demás, que los estrictamente reaccionarios (Céline, Drieu La Rochelle) no son los que peor se han llevado con el género.<BR/><BR/>A lo que íbamos es que sugerir que las novelas deben impregnarse de las modas y formas de su tiempo (chats, blogosfera, YouTube, MySpace) es pedir que vaya contra su natura. Por otra parte, la materia de que está hecho este arte, la palabra, implica un diálogo profundo y continuado con la propia historia de la lengua y con cuantos precedieron en la tarea de dibujar el mundo con ella. Es distinto tener que contar con lo que existe (algo inevitable) que hacerle caso y hasta fundirse con ello.<BR/><BR/>Estar obligado, además, a conciliar con la novela al sujeto interactivo e intercomunicado de nuestros días, en cuanto tal y sin mayores dimensiones, es probable que sea la manera más rápida de acabar con esa clase de literatura y con la demás, bastante refractaria a tipos que sobreviven enchufados a toda clase de plasmas.<BR/><BR/>En cuanto a otros temas:<BR/><BR/>Las novelas no pasan al cine, al cine pasa lo que es del cine, que puede inspirarse sin temor en narraciones, dado que él lo es. La fragmentación narrativa y tal, y otras secuelas de fulgurante contemporaneidad, son más viejas que las sandalias de Homero. Lo mismo vale afirmar para la exploración interior y la experiencia personal (Charlotte Brontë), con el agravante de que hoy en día cualquiera se echa a contar, justificado por el hecho de que a él le parió su madre.<BR/><BR/>No existen ni el estilo en primera persona ni el estilo en tercera persona. En tercera persona cuenta Bernhard su autobiografía y en primera cuentan el espacio los objetivistas (Butor, Baker). La distinción entre narradores se mide por la distancia entre la voz narrativa y el objeto narrado, no por el empleo de las personas del verbo.<BR/><BR/>La belleza de un texto no está relacionada con el paladar del lector (que depende de lo que acostumbre a comer), sino con el conocimiento, la experiencia y la capacidad de recrear en la propia lengua. La realidad no supera a la ficción, porque la ficción no es lo contrario de la realidad. Lo contrario de la realidad es la literalidad.<BR/><BR/>Y en cuanto a la ironía y el humor: ¿son la misma cosa? "Los novelistas más serios son los más tediosos": esto no sé qué quiere decir, ni a qué clase de criterio literario o existencial se refiere.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-17474686744048325202007-11-24T16:00:00.000+00:002007-11-24T16:00:00.000+00:00de acuerdo, miguel. ningún problema con el intento...de acuerdo, miguel. ningún problema con el intento de comprensión por parte de verdú. el problema arranca del inicio, básicamente (y luego sigue, pero al tiempo): ¿latinoamérica es periferia respecto a españa? ¿literariamente, lo es? ¿miguel delibes era un avanzado (por ser de la metrópolis) respecto a jorge luis borges (por ser de la colonia)? ¿pío baroja más avanzado que macedonio fernández? aparte de esto: plantear cuál debe ser la narrativa del momento, da un cariz generacional a un tema que, que yo sepa, no se había planteado (acertadamente) así. que conste que estoy de acuerdo con la idea de las novelas inadaptables (a pesar de que incluso william burroughs lo es). pero no con llamar "vetustos, incomunicados y burdos" a los que, disfrutando con sterne, seguimos disfrutando con flaubert.j.t.https://www.blogger.com/profile/08608794822810541742noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-36962347287480882712007-11-24T07:08:00.000+00:002007-11-24T07:08:00.000+00:00Esa idea es agradable. Permite un decálogo -dirigi...Esa idea es agradable. Permite un decálogo -dirigido a otros ya sólo por su forma de decálogo- exigente que no va a ser obedecido. <BR/><BR/>Ver en el profesor que baila sin miedo a hacer el ridículo una señal para sus compañeros para que se arriesguen es un punto de vista agradable. Permite enlazar con la canción de Facto Delafé y Las Flores Azules <I> cuento con expertos capaces de cagarla y reírse en el intento</I><BR/><BR/>Me parece bueno pensar que se dirige al lector. La forma de leer se lleva a todas partes. Leer tiene su qué.<BR/><BR/>En el post Pangea, Vicente escribe sobre las posibles metáforas que la red sugiere. Menciona algunas realidades. Hay docentes en instituciones de enseñanza universitaria virtual que no corren ningún riesgo. Los decálogos que llevan no puedes imaginarlos como láminas con huellas multi-adhesivas para aprender bailes: son las tablas de la ley (intenta mover algo en estas) <BR/><BR/>Respecto a intentar mover, el moverse de los bailes, las huellas, el riesgo y de todo un poco.<BR/><BR/>"<I>Cabe insistir todavía en que la maquinaria del universo tecnológico es ‘como tal’ indiferente a los fines políticos; puede revolucionar o retrasar una sociedad (…) sin embargo, cuando la técnica llega a ser la forma universal de la producción material, circunscribe toda una cultura, proyecta una totalidad histórica, un mundo</I><BR/>Un profesor presencial se arriesga bailar ridículo para que le lean los suyos.<BR/><BR/>Mientras, en el interior de una Universidad virtual, consultores escriben según dicta la ley. Calculan el tiempo según el reloj. Piensan el espacio según su...<BR/>Responsabilidades -será no hay expertos- no intervienen. <BR/><BR/>Parece está correcto. No pasa nada. Será eso. O parte del general síndrome Kitty Genovese, esa especie de anestesia de la que hablaba Martín Rodríguez-Gaona en otro post, la cual podría sumarse a la comodidad o desconocimiento <BR/><BR/><I>el sustrato de Pangea y la auténtica raíz del éxito desmedido y global de la Red es su alto contenido económico, que por una vez ha aunado las voluntades de los anacrónicos Estados territoriales y de las dinámicas e implacables multinacionales empresariales, con la aquiescencia, sea por comodidad o desconocimiento, de los ciudadanos.</I><BR/><BR/>manteniendo en funcionamiento la adormidera presencial en el reino virtual. <BR/><BR/>La distopía será real, me parece, si mantenemos el mismo comportamiento inactivo en el lugar más dónde eres más cercano al pensamiento. Le dejamos dormido. Le demostramos que la retórica de las nuevas tecnologías es igual de insignificante que las anteriores. Le hacemos apostar -no me sea ludópata en el mundo presencial- acceso al conocimiento, importancia nuevas tecnologías, cambio epistemológico y todo, docente no dicta te conduce, por fin una Universidad que se adapta a mi y no al revés. Desengañemosles. Ya están acostumbrados. Si algún político empezara a hablar en castellano antiguo parecería lógico. No es ningún mundo nuevo este de las tecnologías, de internet. Es el mismo reino de el Castillo. Cuántos K's nos están saliendo ¿te has fijado? ¿Megas, gigas? <BR/><BR/><I>El asunto quizá es el regreso a la utopía, el cómo ser indios toreros cowboys califas samurais y dormir como algo radicalmente distinto a un testigo en un crimen. </I><BR/><BR/>Cada cual su utopía. La de vivir no estaría mal.<BR/><BR/>[Música final: twist como base genética, variaciones libres]<BR/><BR/>(la información exterior del post Pangea rehecha junto a otra información (más o menos la expuesta o a partir de ella, no me he fijado) en mi interior me han permitido devolver un Kafka transformado para Agustín. Gracias a todos ellos. No habría sido posible sin su colaboración)Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-25359586282334590812007-11-22T11:15:00.000+00:002007-11-22T11:15:00.000+00:00¿El señor Verdú se comporta como "un ingenioso ali...¿El señor Verdú se comporta como "un ingenioso aliado de sus sepultureros"? Puede ser.<BR/> Este artículo ha sido escrito deliberadamente con una lupa unifocal para que los lectores, y no los jóvenes escritores, tengan claro (y distinto)lo que a estas alturas ya no se puede seguir leyendo de lo que a estas alturas se está escribiendo.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-42427040380058958882007-11-21T21:25:00.000+00:002007-11-21T21:25:00.000+00:00Los Diez Mandamientos.Lo primero que me resulta so...Los Diez Mandamientos.<BR/>Lo primero que me resulta sospechoso es que se presente el discurso como Decálogo normativo de lo "literariamente correcto".(¿Porqué no doce o cinco?, etc.)El señor Verdú, tan permeable a la cultura yanqui parece que deja salir un resabio judeo-cristiano al menos en la forma y en el carácter apodíctico.<BR/>Pero empezando por el principio, no creo que la pintura ni la narración requieran los presupuestos que propone. <BR/>Si una obra llega a ser arte se basta a sí misma, guste o no guste.<BR/>El problema de fondo es que todavía se cree en la noción de "Progreso".<BR/>Repasando el decálogo:<BR/>Punto 1.: No veo necesario que la literatura deba ser intransferible. ¿Porqué esa pureza de sangre?<BR/>2.: ¿Porqué la trama debe considerarse caduca frente a lo fragmentario o tesélico? O es buena literatura o mala y ahí empiezan y acaban todas las consideraciones.<BR/>3.:Estoy de acuerdo en principio debido a los últimos abusos de los plumíferos, pero en el párrafo final detecto una especie de transformación de la literatura en producto de consumo similar a lo que puede ser por ejemplo una hamburguesa ("gozoso bocado"). Lástima que muchos no busquen sólo llenar el estómago.<BR/>4.:Relacionado con el punto 2. No entiendo que se afirme que hoy sólo es posible el estilo bloguero y el fragmento omnipresente para no ser jactancioso. (!)<BR/>5:. Más de lo mismo. Al señor Verdú le revientan los hilos argumentales, pero no por ello nos debe obligar a deglutir (nuevamente el ejemplo gástrico) tutti frutti.<BR/>6.: Puede que no sólo se busque un éxtasis esteticista sino un juego de inteligencia.<BR/>7.: ¿La peripecia interior como única posibilidad? Me temo que hay otras posibilidades además de mirarse el ombligo.<BR/>8.: Ahora caigo: al señor Verdú lo que le gustan son los diarios.<BR/>9.: Se clarifica lo del punto 8. Los que no escriban en primera persona ¡A la hoguera!<BR/>10. De acuerdo con la ironía, pero si todos los escritos fueran de ese tono ¡Que (irónico) aburrimiento! <BR/>En fin todo lo anterior lo he escrito a vuela-teclado. Quizá Vds. me puedan ilustrar.<BR/>El final de la admonición o reconvención es ya la puntilla: "El novelista es un trabajador que trata genéricamente de mejorar la vida..." !Por Dios, si parece que me estoy leyendo un panfleto de los soviets!Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-2130769461880224052007-11-21T17:50:00.000+00:002007-11-21T17:50:00.000+00:00Ahora lo entiendo Miguel, gracias. Excelente comen...Ahora lo entiendo Miguel, gracias. Excelente comentario.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-25059640274862741992007-11-19T12:16:00.000+00:002007-11-19T12:16:00.000+00:00Es normal que Vicente Verdú levante suspicacias de...Es normal que Vicente Verdú levante suspicacias de base al ser titular de un medio que confunde a menudo su política cultural con su estrategia industrial. Lo mismo sucede con Juan Cueto, que hace poco habló de la Generación Nocilla en un artículo de El País Semanal, tan bienintencionado como salpicado de errores de documentación. Ambos han ocupado cargos de gran responsabilidad dentro de PRISA, y hoy son firmas que atraen lectores y por todo ello se les permite una total libertad de expresión. Esas cátedras están contadas y que ellos las ocupen no es una mala noticia. <BR/><BR/>Sí, Vironera, a menudo leo a Cueto o a Verdú tratando estos temas y tengo la misma sensación (Vironera compara a Verdú con el profesor “enrollado” que se pone a bailar con los alumnos en el baile de fin de curso, pero no se entera de nada). Pero, la verdad, más valor tiene alguien así que quien, en vez de exponerse, ironiza con cinismo desde la barrera. Siguiendo con la bonita parábola, puede que V.V no baile tanto para los alumnos como para los profesores. Quien conoce bien El País sabe que tiene algo de club de la edad dorada (por el sol de Levante, se entiende) que participó en las refriegas de la transición. Una generación que tuvo razones para sentirse joven y que, por cierto, “nosotros” estamos entendiendo a nuestra manera, como debe ser y como demuestra su aparición en la narrativa de autores que consideramos “nuestros” (Sandoval, sacando el hacha en “Boxeo sobre hielo”, e Isaac Rosa, en “El vano ayer”, con más profundidad). ¿Que quiénes somos “nosotros”? Bueno, supongo que sus hijos, ¿no es así?<BR/><BR/>Por eso me resisto a ver el decálogo de Verdú como un manual de instrucciones para nuevos narradores, sino más bien como una llamada de atención a los viejos lectores (esos que no siempre se sintieron viejos, que por lo mismo están dispuestos a sentirse otra vez jóvenes). Perder el miedo al ridículo tiene mucho que ver con perder el miedo a las formas con que nos anquilosaron desde niños. Formas de baile, formas narrativas, da lo mismo, todo es un código que denota pertenencia a un grupo, en este caso a una generación. Puede que el profesor molongui quede como un panoli, pero está enviando un mensaje inequívoco a sus colegas: ahora son otros los que marcan el paso.<BR/><BR/>El texto de Verdú no es un discurso; es una regañina. El No está más presente que el Sí; más que definir lo que se ha de escribir, se define lo que bajo ningún concepto se debe seguir leyendo. Así se educa a los niños, a través del No, a menos, claro, que tu padre sea Confuncio. Puede que Verdú también hable también para los escritores, pero, como periodista de amplia conciencia de su medio, los lectores han de ser su primer objetivo; aquellos a los que hay que regañar con formas indirectas, agasajándolos, o lo que es lo mismo, desplazando la culpa a la otra parte –los escritores- cuando en realidad son los lectores, y sus decisiones de consumo, lo que atrae la literatura hacia las formas conservadoras. Hemos llegado a un punto en que hay un escritor para cualquier clase de lector, pero no un lector para cualquier clase de escritor.<BR/><BR/>Así que yo solo le pediría una cosa al señor Verdú y al señor Cueto: bailen, por favor, sigan bailando. Y gracias. Por educar a sus amigos, que son nuestros padres, y no queremos que desaparezcan antes de entendernos.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-12137274078467680162007-11-19T08:23:00.000+00:002007-11-19T08:23:00.000+00:00Aunque haya aspectos que comparto, sin duda, el de...Aunque haya aspectos que comparto, sin duda, el decálogo y el rollo doctrinario, de Quiroga al Piglia de las dos historias de todo cuento, siempre me molestan. Que cada cual haga lo que le dé la gana, en tercera o en segunda o en primera del plural. La excelencia no sigue reglas. Y este artículo está llamado a ser el manual de una generación de jóvenes escritores a quien nadie le ha enseñado que cada poética es singular, que no puede ser decalogizada. Jordi C.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-6030306344630126102007-11-18T22:45:00.000+00:002007-11-18T22:45:00.000+00:00Me parece comprenderlo mejor en el video+canción(m...Me parece comprenderlo mejor en el video+canción(música+palabras) "La Fuerza" <BR/><BR/>http://blogs.ccrtvi.com/factodelafe.phpAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-67845278439594794252007-11-18T21:57:00.000+00:002007-11-18T21:57:00.000+00:00Premios Herralde, cines de autor como demostración...Premios Herralde, cines de autor como demostración de su tesis, me parecen discutibles o flojas. No hacen falta, vamos. (me parece)<BR/><BR/><I>Es torpe seguir como si no publicidad, correo electrónico, chats, cine, youtube</I>etc. Totalmente de acuerdo.<BR/><BR/><I>Carácter propio y especial de la escritura literaria</I> me parece lo deja definido lo contrario de la atender <I> sólo a los lectores vetustos, incomunicados o burdos. Y también a los que aprecian los libros en cuanto les parecen películas o telefilmes impresos y en donde la escritura cumple la simple función de entretener durante el trayecto en avión o metro</I> Tema complejo lo del carácter propio XD<BR/><BR/>Entiendo<BR/><BR/>Punto 1<BR/>Experiencia intransferible<BR/><BR/>Punto 2<BR/>medio de conocimiento en su propio carácter de escritura<BR/><BR/>Punto 3<BR/>Lo mismo, antes con el argumento, ahora con el final.<BR/>Experiencias de conocimiento inmediato.<BR/><BR/>Punto 4<BR/>Aquí ya me lío. <BR/>El carácter propio de la escritura según parecía no me concuerda con esto <I>esa clase de valor encuentran las alhajas y los cuadros escondidos en el polvo de los muebles</I> Estas imágenes son transferibles. Propias de aventura, de final apoteósico.<BR/><BR/>Punto 6 me pasa igual. No deberá llevarte entre meandros y malabares. La construcción del punto 4 está genial en saltos referenciales a la muerte.<BR/><BR/>Quiero decir, de acuerdo en bastantes cosas (fragmentación, conocimiento, palabra justa, ironía (sin que sea obligación, claro), sobretodo lo último) lo que no me queda claro es cómo o dónde considera la fantasía. Como artículo de feria o el juego especial de la literatura: la peripecia interior.<BR/><BR/>Imagino que al utilizar metáforas quiere producir ese efecto. ¿Una metáfora no es fantasía? Quiero decir, no lo entiendo. En un blog hay literatura, en ese sentido de descubrimiento interior expositivo, dependiendo de nosotros, pero , que es esa exposición sino , en el fondo, una fantasía, una cuestión del imaginario, un hablar de algo que si lo estoy escribiendo no estoy en el algo, explicarlo de acuerdo a más como era, más real, más lucidez, escribir pueda servir para esto, interés por la realidad, por mirar, cosas así ¿sin dar imágenes? hasta una página en blanco las crea, imposible. Aquí no lo pillo.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-28066248400410485032007-11-18T21:15:00.000+00:002007-11-18T21:15:00.000+00:00"Sin ironía no hay contemporaneidad, sin ironía no..."Sin ironía no hay contemporaneidad, sin ironía no existe visión de la iridiscencia del mundo y su variable composición".<BR/><BR/>El párrafo que antecede está extraído del artículo de Vicente Verdú y es, en mi opinión, de lo poco en lo que acierta: la mayor parte de los argumentos de los que se vale son pura ironía. <BR/><BR/>Si la creación literaria se limitara a las instrucciones que se nos facilita difícilmente existiría la iridiscencia a la que según parece hay que tender. La creación es un acto solitario que no conviene someter a estructuras o intenciones predeterminadas. De lo contrario sería demasiado sencillo, la génesis de toda obra perdería el misterio que debe poseer para que nos seduzca. Un buen texto conjugará reflexión y visceralidad, si no a partes iguales, sí en la proporción que el autor considere conveniente, que para eso es el único responsable de su trabajo. El compromiso del escritor se suscribirá únicamente con sus libros, y estos se plantearán ajenos a que sean o no llevados al cine, y eso también significa que el lenguaje cinematográfico o televisivo es tan válido como cualquier otro. Las novelas, cuentos, poemas o lo que sea, perderán credibilidad si se plantean pensando en posibles lectores. <BR/>Para escribir no hace falta ningún decálogo, tal vez sea más necesario poseer una idea y una voz para trasladarla y emocionar con ella. De la habilidad que un autor demuestre para impregnar al lector con su obra dependerá la importancia de la misma.Pepe Cerverahttps://www.blogger.com/profile/15463000785130714117noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-83972203341693533402007-11-18T14:47:00.000+00:002007-11-18T14:47:00.000+00:00Yo, si me apuran, estamparía mi firma al final de ...Yo, si me apuran, estamparía mi firma al final de artículo de Verdú y hasta sonreiría de satisfacción. <BR/><BR/>Hay un concepto esencial, no obstante, el que vertebra todos los demás, que me gustaría recalcar: se refiere a la contemporaneidad, que se ha instalado en el cuento, siempre más acorde con su tiempo (cuando me refiero al cuento, me refiero al cuento que escriben los cuentistas, no a los libros de nocuentos o mininovelas que sacan los novelistos de siempre para ocupar su cuota de mercado), pero apenas comienza a asomar en la novela. <BR/><BR/>¿Por qué? Yo tengo una teoría: por culpa de la industria del ocio, que no quiere que nada se mueva, porque los mercaderes están muy a gusto con lo rancio y lo tardomoderno y con sus amplios márgenes de beneficio. Y porque a los mercaderes no les gusta que los lectores piensen, qué narices, no sea que se le venga abajo el tinglado. <BR/><BR/>Eso sí, señor Verdú, le imploro un poco de coherencia, porque chirría mucho hablar de cánones de novela contemporánea y otras exquisiteces sobre la misma página-cadáver que se dedicó hace nada, por ejemplo, a loar engendros como los de Boris Izaguirre y compañía. <BR/><BR/>De hecho, si yo fuera el director de Babelia le despediría, porque lo que usted ha hecho con ese artículo es como hacer un calvo a la Guardia Civil dentro del cuartel.Juan Carlos Márquezhttps://www.blogger.com/profile/04390946923142844148noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-43444888601543687142007-11-18T05:30:00.000+00:002007-11-18T05:30:00.000+00:00Coincido en buena parte con lo que dice Verdíú, si...Coincido en buena parte con lo que dice Verdíú, si bien la comparación con el cine de autor según él hoy periférico o la alusión a quién ganó los últimos Herralde me parecen no muy afortunadas. El recsto bien, aunque, como en el catecismo, podría haber resumido el decálogo en 5 puntos porque algunos son ciertamente lo mismo.Suetoniohttps://www.blogger.com/profile/13720473178644793376noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-39914347927785577492007-11-18T03:25:00.000+00:002007-11-18T03:25:00.000+00:00estoy de acuerdo, vionera. bajo esa capa de cibern...estoy de acuerdo, vionera. bajo esa capa de cibernetica late un corazon antiguo...Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-88965240787872202432007-11-18T01:13:00.000+00:002007-11-18T01:13:00.000+00:00Vicente Verdú em recorda sempre el típic professor...Vicente Verdú em recorda sempre el típic professor d'institut que a la festa de final de curs es fica al mig de tot a ballar com si encara fos jove. Sospito que no ha entès res de res. Ni sobre les perifèries ni sobre la comicitat ni sobre la linealitat (o no) de la Història (per entendre'ns).j.t.https://www.blogger.com/profile/08608794822810541742noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-49842718755249572912007-11-17T15:37:00.000+00:002007-11-17T15:37:00.000+00:00Reglas para la superviviencia de la novelaVICENTE ...Reglas para la superviviencia de la novela<BR/>VICENTE VERDÚ - Babelia - 17/11/2007 <BR/><BR/><BR/>"Que los últimos cinco premios Herralde de novela hayan recaído sin cesar sobre escritores latinoamericanos no debe considerarse un simple azar. La novela que todavía se premia responde al molde tradicional y este producto no se cultiva con la debida dignidad sino en la periferia del sistema. Sucede de la misma manera que con las películas de autor, que, si antes procedían de Italia, Francia o Alemania, ahora brotan en Irán, Irak, China, India, Argentina o Senegal, puesto que el cine de autor como la novela de argumento son productos que caducaron en territorios de la Metrópoli mucho antes de iniciarse el siglo XXI.<BR/><BR/>Paralelamente, así como en la pintura es inconcebible producir sin tener presente la fotografía, la televisión, los videojuegos, el avión, los grafitis o cualquier pantalla, en la narración es torpe seguir como si no existiera publicidad, correo electrónico, chats, cine, YouTube, MySpace o la blogosfera. Quienes en los países donde se han desarrollado las nuevas formas de comunicación continúan redactando novelas a la antigua usanza atienden sólo a los lectores vetustos, incomunicados o burdos. Y también a los que aprecian los libros en cuanto les parecen películas o telefilmes impresos y en donde la escritura cumple la simple función de entretener durante el trayecto en avión o metro.<BR/><BR/>Nada que ver, pues, con el carácter propio y especial de la escritura literaria, en donde la nueva narración debería caracterizarse por estos diez componentes, al menos:<BR/><BR/>1. La novela actual -o como quiera llamarse- deberá mostrarse enérgicamente resistente al intento de trasladarla al cine, al telefilme o a la vida el videojuego: la literatura hoy más que nunca debería alzarse como intransferible porque las historias novelescas al aroma del siglo XIX han sido ya usadas con diferentes métodos de explotación y lo fueron, precisamente, porque no existían entonces los guionistas a granel que actualmente redactan para crear productos audiovisuales. El destino de aquellas novelas fue atender precisamente a una demanda general sin capacidad para vivir otras vidas adicionales que no fueran las servidas por la fantasía de los libros.<BR/><BR/>2. La fantasía, la intriga -y tanto más cuanto más enrevesada resulta- debe considerase un recurso estereotipado e indicio, a la vez, de no aspirar a mucho más que un sudoku. Cualquier obra literaria actual debe insistir más que nunca en la categoría de su escritura. Es decir, en su habilidad para hacerse indispensable como medio de conocimiento y comunicación peculiar, insustituible en la iluminación y la clase de disfrute que procura. El gusto de la lectura se obtendrá no del artificio argumental, el suspense policiaco, los agentes especiales, los cofres por descerrajar o los misterios divinos, sino de la intensa degustación del texto, sin necesidad de conspiraciones ni extrañas travesías. Los intríngulis de esta literatura son más intríngulis que literatura. Vale para lo que vale y ni una distinción más.<BR/><BR/>3. No habrá de valerse la obra de ninguna estructura prefabricada mediante la cual el lector será conducido entre añagazas del oficio hasta la apoteosis final, tan propia de las antiguas revistas y la vulgaridad en las prestaciones. La narración literaria consciente de sí no aspirará a apoteosis final alguna tal como el destino tampoco existe en el proyecto vital de ahora, mientras la metafísica se disipa.<BR/><BR/>Lo que sucede día a día tiene hoy la forma del accidente y el carácter de la inmanencia, posee la belleza de lo instantáneo y la inteligencia de la negligencia. Ha terminado el proceso, la idea de la historia y de su trascendencia. Lo que cuenta es la belleza de la inmediatez, el texto convertido en un gozoso bocado de por sí.<BR/><BR/>4. La fragmentación de las historias, con sus anotaciones e intervalos mentales, tiende a copiar del blog y de la comunicación fragmentada omnipresente. Una novela contemporánea que no haya asumido esta clase de comunicación se ahogará en su jactancia. La ignorancia del blog y de los mensajes cortos, del discurso corto y cambiante, puede llevar, excepcionalmente, a una obra apreciable pero se tratará de esa clase de valor que encuentran las alhajas y los cuadros escondidos en el polvo de los museos. Una obra viva debe tener en su alma la actuación de su presente porque de otro modo contribuirá a hacer de la literatura la estampa de una dedicación embalsamada. ¿La muerte de la literatura? Sin duda diversos novelistas de hoy perviven gracias al culto funerario del género y al amparo de lectores melancólicos que transpiran alcanfor.<BR/><BR/>5. El desarrollo pues del libro no obedecerá a un hegemónico hilo argumental sino a una red de experiencias que hiladas, entrecruzadas o en racimo planteen un tutti frutti para el multipolar lector de hoy. Las obras con hilo -o cable- que se lanza pero que se enreda, que da a entender esto pero resulta ser lo otro, que juega, en fin, con el lector, denota no poseer otra cosa mejor de la que vivir y comercia con artículos de feria. Obras de escritores que imitan arrobados a aquellos otros que se ganaban la vida gracias a que sus clientes los leían o los escuchaban leer a la luz de las velas y, en general, no habían salido de la provincia.<BR/><BR/>6. La novela eminentemente nueva no deberá, desde luego, agarrarte por el cuello y llevarte así, del pescuezo, hasta su final, entre meandros y malabares. Contrariamente a estos modos circenses, la buena novela del XXI considerará la multiplicada sensibilidad del receptor mediático y la interacción. Estimará la belleza eficiente de la forma, la seducción estética y no el uso instrumental o perruno del lenguaje. Es decir, la lectura no será una ansiedad que, entre jadeos y vigilias, buscará cuanto antes la revelación de la última página sino que paladeará cada párrafo a la manera de la slow food.<BR/><BR/>Lo propio de la literatura excelente será, hoy más que nunca, la belleza y perspicacia de la escritura. Para contar una historia hay ahora abundantes medios, desde el telefilme al vídeo, más eficaces, más plásticos y vistosos. La escritura, sin embargo, es insustituible en cuanto agudiza su ser, emplea las palabras exactas y no la palabra como un andén para llevar la obra a otra versión.<BR/><BR/>Los novelistas que escriben con la ambición de ser llevados al cine delatan su menosprecio por la escritura. O su incompetencia. Mejor harían con emplearse de cuentacuentos o copys.<BR/><BR/>7. El cine, la televisión, la realidad virtual pueden presentar escenarios y vicisitudes con mayor riqueza exterior pero la peripecia interior es el juego especial de la escritura y su máxima legitimación. Si la novela, el cuento, el ensayo, el libro, en fin, se justifica todavía sólo alcanza su indiscutible mérito en esta dirección. La dirección propicia para explorar en el interior de uno mismo o del otro hasta la extenuación.<BR/><BR/>8. ¿Ficción? Si la obra literaria, las fórmulas matemáticas, las piezas musicales son siempre y en todo caso autobiográficas, entonces ¿para qué fingir? Si, como se reconoce, la realidad supera siempre a la ficción, entonces ¿para qué fantasear? El autor habla mucho mejor de lo que conoce personalmente y peor de lo que maquina deliberadamente. La ficción, en fin, pertenece a los tiempos anteriores al capitalismo de ficción. Si la literatura aspira a conocer algo más sobre el mundo y sus enfermos su elección es la directa, precisa y temeraria escritura del yo.<BR/><BR/>La transmisión de lo personal da sentido, carácter y contenido a la comunicación. No hay comunicación sin comunión, no hay comunión sin comunidad, no hay comunidad sin sinceridad, no hay sinceridad sin volcar lo personal.<BR/><BR/>9. La voz, en consecuencia, será la de la primera persona del singular. Trato directo entre el autor y el lector, entre las aventuras, las pasiones o los dolores que se comparten en la secuencia del texto.<BR/><BR/>El estilo en tercera persona es hoy el colmo de la falacia, la hipocresía, la cursilería, el amaneramiento o la vana pretensión de saberlo todo por parte del narrador a la manera insufrible de la voz en off en los años cincuenta del cine. No hay verosimilitud en esa voz que ahora se recibe como el cénit de la impostación, el reverso de la verosimilitud y la frescura. El autor/creador, que se endiosa atribuyendo a sus personajes el don de criaturas que adquieren vida propia, se despeña en su misma metáfora de acartonado Frankenstein.<BR/><BR/>10. Mejor haría en jugar y reírse de sí mismo porque ahora, toda obra de aire severo, sin humor, carece de un lugar soleado en el mundo de la comunicación. Podría decirse, incluso, que ninguna obra sin humor forma parte de la producción intelectual inteligente puesto que ningún genio en la historia de la humanidad prosperó sin la ironía sobre sí mismo. Los novelistas más serios son a la vez los más tediosos y, como corolario, los peores.<BR/><BR/>Sin ironía no hay contemporaneidad, sin ironía no existe visión de la iridiscencia del mundo y su variable composición.<BR/><BR/>Frente a estos diez virtuosos componentes se cometen los correspondientes pecados capitales. La novela -o como quiera que se llame- sin insustituible escritura, sólo con tema, se suicida actualmente por falta de destino. Muchos leen y suponen que están leyendo literatura o incluso un libro cuando, en realidad, prestan su atención a enmascarados guiones de cine, borradores de telefilmes o largos bocadillos de cómic. También, claro está, leen como algo contemporáneo a los sucedáneos del siglo XIX, sin cuestionarse su momificación, bien porque amen la palidez del vintage, abracen el olor a polvo, o bien porque no posean sentido del gusto en general.<BR/><BR/>El lector, como el consumidor, hoy más que nunca, se encuentra en condiciones de elegir entre una oferta muy personalizada, surtida y extensa. De su elección depende dar vida a los novelistas que escriben como estafermos o no.<BR/><BR/>La novela puede ser de este modo tanto un asunto de guardarropía, un legado apreciable como fruto histórico, o una literatura donde el autor, todavía vivo y despierto, se desafía para conocerse, conocer y comunicar. Todo ello sin la obispal solemnidad de los novelistas a la violeta que siguen autoestimándose como demiurgos y atribuyen a la literatura una supuesta misión de libertad, de salvación universal y de formidables tontadas por el estilo.<BR/><BR/>El novelista, como el pintor o el diseñador, como el compositor o el arquitecto, son trabajadores que, como todos los demás, tratan genéricamente de mejorar la vida. Nada de diferencias entre el productor y el creador, el trabajador y el artista. Unos y otros con sus condiciones y habilidades tratan de colocar su mercancía y se interesan por el placer que provocan en el receptor. ¿Gozos divinos? ¿Placeres indecibles? Zarandajas: el placer sólo reconoce la verdad o el sucedáneo, la ficción del placer, sólo distingue entre buenos y malos amantes. Brillantes y opacos escritores, como lúcidos y lelos ebanistas, lozanos y mustios cantautores, actrices o masajistas."<BR/><BR/>VICENTE VERDÚ 17/11/2007Vicente Luis Morahttps://www.blogger.com/profile/02645684920765729611noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-91170035134415810632007-11-09T08:27:00.000+00:002007-11-09T08:27:00.000+00:00Me he tronchado en el texto de Dr. en Alaska, el l...Me he tronchado en el texto de Dr. en Alaska, el locutor de la radio delirante (más de lo que era)<BR/><BR/>He aprovechado para ver la entrevista de Silenci a Agustín.<BR/>La reivindicación de outsider parece otro acierto.<BR/><BR/>No significa nada. Debemos compartir gustos por la música outsider. <BR/><BR/>O lo desconsiderado se descubre. O se está descubriendo. <BR/><BR/>---<BR/>cada personaje de Dr. en Alaska me parecía nerd y outsider a la vez. <BR/><BR/><BR/>Los otros textos están muy bien.<BR/><BR/>La presentadora de Silenci a mi me gustaAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-36905558.post-86428149632210216012007-11-08T12:12:00.000+00:002007-11-08T12:12:00.000+00:00Dejo aquí un link a un blog que me parece muy inte...Dejo aquí un link a un blog que me parece muy interesante, de un tal JordiX, o algo así:<BR/>http://habitacioarles.blogspot.com/<BR/><BR/>Hay unos textos de Dr.en Alaska tuneados que creo muy buenos.Anonymousnoreply@blogger.com