Me gustó mucho la respuesta a la pregunta sobre la postmodernidad. Hay cierta tendencia a ver en el capitalismo una especie de agente dotado de voluntad (ya decía Nietzsche que proyectamos esta categoría incluso sobre la naturaleza). Muy interesantes a este respecto (capitalismo y postmodernidad) las ideas de Vattimo en La sociedad transparente: precisamente hay una toma de voz de la pluralidad que en el capitalismo clásico era inconcebible; o, por volver a Nietzsche, llamémoslo POLITEÍSMO.
En su Harmonielehre, Arnold Schöenberg, comenta que no temía contradecirse, pues la contradicción era una muestra de la tensión de búsqueda. Las vanguardias entonces, entendidas “como la ética de un arte que lucha contra el estado esclerotizado de la estética de su tiempo”, son las encargadas de mantener esa tensión de búsqueda que permite expandir los límites del lenguaje artístico, abrir nuevas vías de exploración y asomarse a nuevos espacios creacionales.
Ahora bien, hay quién no lo ve así: Trapiello escribía el otro día en su columna del Magazine, hablando del 11 M, lo siguiente: “una gran parte del arte actual, al menos el llamado de vanguardia (que por mor del tiempo, de las academias y de los burgueses hace hoy el mismo papel que la pintura pompier del siglo XIX), sólo puede sostenerse por teorías forzadas que acaban poniendo al espectador en dilemas un poco cómicos a estas alturas y de problemática resolución: o acepta usted esto o es un reaccionario, un ignorante, un memo y cien cosas más (...) algunos, incapaces de consumar sus propias pinturas, novelas, etcétera, son quienes proclaman que la pintura, la novela, etcétera ya no son posibles, procediendo en cierto modo de no muy diferente forma a aquel que no pudiendo creer en Dios proclama su muerte.”
Así están las cosas.
Saludos.
PD1: No es mi intención con el comentario crear polémica ni discusión, sino sólo reafirmar un poco lo que tú, Vicente, ya expusiste en Singularidades.
"[...] desde que publiqué en 2000 Mester de cibervía, un libro con errores, que pasó desapercibido porque llegó demasiado pronto: era el primer libro pangeico [...]"
Por favor, te tengo por un tío inteligente. No cometas el error de otros de creerse en la vanguardia de la creación. La piedad con tus libros déjasela a los demás. Lo digo sin acritud: Vicente, no te anochezcas.
Me gustó mucho la respuesta a la pregunta sobre la postmodernidad. Hay cierta tendencia a ver en el capitalismo una especie de agente dotado de voluntad (ya decía Nietzsche que proyectamos esta categoría incluso sobre la naturaleza). Muy interesantes a este respecto (capitalismo y postmodernidad) las ideas de Vattimo en La sociedad transparente: precisamente hay una toma de voz de la pluralidad que en el capitalismo clásico era inconcebible; o, por volver a Nietzsche, llamémoslo POLITEÍSMO.
ResponderEliminarEn su Harmonielehre, Arnold Schöenberg, comenta que no temía contradecirse, pues la contradicción era una muestra de la tensión de búsqueda.
ResponderEliminarLas vanguardias entonces, entendidas “como la ética de un arte que lucha contra el estado esclerotizado de la estética de su tiempo”, son las encargadas de mantener esa tensión de búsqueda que permite expandir los límites del lenguaje artístico, abrir nuevas vías de exploración y asomarse a nuevos espacios creacionales.
Ahora bien, hay quién no lo ve así: Trapiello escribía el otro día en su columna del Magazine, hablando del 11 M, lo siguiente:
“una gran parte del arte actual, al menos el llamado de vanguardia (que por mor del tiempo, de las academias y de los burgueses hace hoy el mismo papel que la pintura pompier del siglo XIX), sólo puede sostenerse por teorías forzadas que acaban poniendo al espectador en dilemas un poco cómicos a estas alturas y de problemática resolución: o acepta usted esto o es un reaccionario, un ignorante, un memo y cien cosas más (...) algunos, incapaces de consumar sus propias pinturas, novelas, etcétera, son quienes proclaman que la pintura, la novela, etcétera ya no son posibles, procediendo en cierto modo de no muy diferente forma a aquel que no pudiendo creer en Dios proclama su muerte.”
Así están las cosas.
Saludos.
PD1: No es mi intención con el comentario crear polémica ni discusión, sino sólo reafirmar un poco lo que tú, Vicente, ya expusiste en Singularidades.
"[...] desde que publiqué en 2000 Mester de cibervía, un libro con errores, que pasó desapercibido porque llegó demasiado pronto: era el primer libro pangeico [...]"
ResponderEliminarPor favor, te tengo por un tío inteligente. No cometas el error de otros de creerse en la vanguardia de la creación. La piedad con tus libros déjasela a los demás. Lo digo sin acritud: Vicente, no te anochezcas.