Ángel Martínez García-Posada, Sueños y polvo. Cuentos de tiempo sobre arte y arquitectura; Lampreave, Madrid, 2009.
Dos líneas paralelas rigen este bello e interesante libro de Martínez García-Posada, profesor de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla; en la primera, asistimos a la relación del arte moderno y contemporáneo con los elementos térreos, desde la piedra al edificio, y las diversas posibilidades de construcción/destrucción de los mismos. En esta primera dimensión destacan sobre todo los tratamientos que hace el autor de la obra del artista Robert Smithson, desde sus enterramientos de casas hasta su famosa Spiral Jetty (1970):
La segunda línea se centra en la obsesión estética sobre el tiempo, recorriendo un muestrario de posibilidades artísticas relacionadas con el tiempo en sus distintas formas: el tiempo en retracción y deterioro de Gran vidrio de Duchamp; el tiempo congelado de la foto de Proust muerto, realizada por Man Ray; el tiempo inmemorial de los obeliscos egipcios; el tiempo detenido primero y frito (literalmente) después en las Photo Fries (1969) de Gordon Matta-Clark; el tiempo arenoso de las ciudades en miniatura construidas por Charles Simonds en Nueva York y abandonadas en cualquier parte, para sumarse simbólicamente como minúsculas ruinas al deterioro urbano del entorno:
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Los dos ejes del libro tienen un punto de encuentro: el arte arqueológico, la estética que se presenta a la vez como vestigio y como hallazgo, como lo viejo y lo nuevo al mismo tiempo, alterada por su sedimentación bajo la tierra (o bajo el agua, como le sucedió a la Spiral Jetty, que emergió del Salt Lake de Utah con sus piedras blanqueadas por efecto de la sal, después de treinta años de haberse sumergido todavía marrón). “La arqueología –escribe Martínez– es la autopsia del suelo, un ejercicio de investigación” (p. 17). En lo arqueológico confluyen las superposiciones estratigráficas, las capas de polvo (como en el Gran vidrio, cuyas pelusas y partículas fueron barnizadas por Duchamp para fijar al cristal el paso del tiempo), el olvido térreo, la historia hecha arena. Algún pensamiento en este sentido es memorable: “la técnica de la reflectografía infrarroja (…) permitía conocer los bocetos iniciales bajo las capas de color definitivas. Se trataba de una investigación casi arqueológica (…) la reflectografía de un cuadro de Pollock sería otro cuatro de Pollock, anteriores estados de salpicación subyacentes” (pp. 104-105).
[Arriba: imagen de la actuación de Joseph Beuys 7000 robles, 1982]
Debemos destacar también la excelente edición de Ricardo S. Lampreave, cuidada en lo textual y exquisita en lo visual, eligiendo un blanco y negro que quizá afee algunas fotografías pero mejora el concepto plástico del libro. En la página web de la editorial, www.lampreave.es, puede verse un catálogo al que los aficionados a la arquitectura deberán estar muy atentos.
Relación con el autor reseñado: ninguna.
Relación con la editorial del libro: ninguna.
No le diré que celebro su distancia porque no sería cierto, a pesar de que respeto su decisión, me entristece. Aunque soy viejo y estoy algo cansado de vivir, no por ello no aprecio la buena crítica y literatura. Su teoría del Tiempo y de esa generación mutandis me mantiene en vilo. Me gusta cómo maneja los hilos de la trama en sus libros, cómo logra transmutar al propio lector.
ResponderEliminarMe llaman la atención algunas cosillas seguramente sin demasiada importancia, por ejemplo, en uno de sus ensayos que actualmente leo: Singularidades, en la parte de atrás de las tapas de la cubierta figura la editorial Bartleby Miradas y entre los autores publicados a través de la misma del cual hay una pequeña lista, la disparidad entre lo que escriben, me choca, seguramente son cosas de mi edad, eso a mi sobrina, que es bien astuta, no le pasaría, ella entiende sus libros y comparte su visión desértica, de hecho ella me los ha dejado leer: Pasadizos, Tiempo, Singularidades, y otros que vendrán. Ella entiende muy bien esta generación como ella dice de Mutantes, así los llama, jajaja, esta juventud.
Pues nada Vicente, siga usted tan prolífico como hasta ahora, por cierto ¿dónde reside actualmente, en Córdoba de España, de América, en Mallorca? , en fin, ya me contará.
Un apretón de manos.
En estos momentos, vivo en el desierto... Gracias por su atención e interés. Saludos desde América del norte.
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