Acaba de fallecer uno de los escritores españoles más heterodoxos, extraños e interesantes de los últimos años. Alguien que recibió la temprana atención de lectores como Octavio Paz, pero que nunca llegó a gozar del reconocimiento público que merecía. Cristóbal Serra (Palma de Mallorca, 1922 - 2012) siempre fue un escritor lateral, diferente, incisivo, nada complaciente con el lector pero tampoco áspero. Traductor de nombres como Swift, Bloy, Melville o Blake, su poética literaria, que me influyó justo en el momento de conformar la mía, ha respondido siempre a estos parámetros:
"Mi literatura no es una literatura de género. Para mí,
los géneros no tienen fronteras definidas, sino que se interfieren, un
fenómeno, por otro lado, característico de la modernidad literaria. Piense en
el ocaso del verso a partir de Rimbaud. Ya no existen fronteras delimitadas
entre prosa y poesía. El género no tiene en mí un carácter absoluto, de ahí la
dificultad en clasificar mis libros. El mío es un libro de espacios trabajados,
una literatura salteada y continua. Yo pertenezco a los fragmentarios como
Montaigne o De Maistre. Una literatura que, como el periodismo, informa, pero a
deferencia del periodismo posee una estética que, en mi caso, es la inventiva.
No tengo nada en contra de la novela, sino del novelismo, de la exigencia de
que todo lo escrito tenga carácter narrativo. ¿Por qué? Yo hago lo que hicieron
los Evangelistas con Jesús, ese héroe discontinuo de los Evangelios".
El resultado es una obra inclasificable y variada, atenta siempre a la historia antigua, los mitos, la mística, el lenguaje y el esoterismo: "hay demasiada lógica, demasiado análisis", dice en este vídeo, en el que cuenta algunos detalles de su biografía y comenta varios de sus libros.
Aunque la única reseña que hice de un libro suyo aquí no fue nada positiva (Tanteos crepusculares, Pre-Textos, 2007), Serra me parece un autor extraño, necesario, anticanónico y exquisito. Me gustaría recomendar, a quienes deseen acercarse a su obra, la monumental Ars Quimérica (Bitzoc, 1996), que compila su obra hasta aquel momento. También son destacables sus Nótulas, no sólo por su notable contenido, sino asimismo por la fabulosa edición de Árdora (1999), si es que hablar de fabulosa edición refiriéndose a Árdora no es una redundancia. Cualquier libro es bueno para conocer el trabajo de Serra, aunque quizá su producción publicada en el siglo XX es más sólida que la posterior. En todo caso, Serra es un autor que merecería, al menos por sus mejores libros, más atención de la que ha concitado.
[Relación con el autor: ninguna]
Leí ya hace la ... de años, un par de libros de Cristóbal Serra, que me pareció, como dices, un hombre singular en el mundo literario español. Su muerte pasa tan inadvertida como la de tantos otros. Pero las necrológicas y los obituarios suelen ser muy perros. Ese discreto silencio final no le desagradaría.
ResponderEliminarChesi.
siento mucho decir que no conocía a este escritor aunque es de mi tierra (bueno, yo llegué a mi querida Palma a los diez años), pero me ha parecido muy interesante. aunque es una pena, conoceré su obra cuando él ya ha fallecido. Eres de las baleares? porque no sé si la conoces pero yo, que creía que estaba bastante atento a los autores de las islas he conocido a una escritora de novela policiaca ibicenca. se llama Cristina amanda tur, y si tienes ocasión lee La canción del siciliano. gracias por darnos a conocer a Cristóbal Serra
ResponderEliminarGracias, Chesi, bienvenida.
ResponderEliminarNo, Carlos, no soy de las islas, pero siempre me han gustado mucho, sobre todo Mallorca. Serra es un autor tan interesante como poco conocido. Tomo nota de tu recomendación. Saludos y gracias.
Hoy he encontrado en una biblioteca un CD con lecturas por Cristóbal Serra de su propia obra. En cambio, este verano me ha resultado difícil conseguir obras publicadas por el editor Cort, en particular la traducción de la obra de Chaun-Tzu. Según el librero de mi barrio, la distribución no funciona muy bien, pero voy a insistir.
ResponderEliminarSaludos,
rcarreras.com
¡Que haya suerte!
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