viernes, 21 de agosto de 2009

Diario de las especies, de Apablaza



Claudia Apablaza
Diario de las especies; Jus, México D.F., 2008.

El personaje A.A., que parece próximo a Claudia Apablaza (Chile, 1978), la autora de este libro, confiesa en la página 119: “Tampoco esto es un espacio terapéutico, pero se cruzan las variables: vida, literatura, ficción, realidad, biografía. Me duele no distinguir las fronteras”. En efecto, Diario de las especies es un libro metaliterario, y dentro de las múltiples posibilidades de metaliteratura se adscribe a una corriente actual que tiene como referente claro a Enrique Vila-Matas, que aparece como personaje en la novela. De hecho, se está creando un nuevo género o subgénero narrativo que podríamos denominar “libros en que un joven escritor viaja a Barcelona y conoce a Enrique Vila-Matas”, en el que podemos agrupar Diario de las especies de Apablaza, El ángel literario de Eduardo Halfon, Kazbek de Leonardo Valencia, y próximamente Nocilla Lab de Agustín Fernández Mallo (creo que el escritor catalán también aparece en algún libro de Manguel, en Pacífico de Garriga Vela y en la próxima novela de Paul Auster). Hay que reconocerle a Vila-Matas ese papel de faro de nuevos narradores, que a diferencia de otros escritores no se limita sólo a las típicas citas de homenaje, sino que alcanza a su inclusión como personaje de ficción en sus tramas (algo muy vila-matiano, como es sabido). Todo esto implica que algún día alguien deberá estudiar la gran influencia que Vila-Matas y Roberto Bolaño –otra referencia de Diario de las especies y de otros muchos narradores– están teniendo en toda una generación de escritores españoles y latinoamericanos.

Yo diría que Diario de las especies es una especie de “antilibro” (en el sentido dado por Novalis al término) de Bartleby y compañía, de Vila-Matas. Si este último es un ahondamiento en la experiencia de los escritores que no escriben, que dejan de escribir, el libro de Apablaza habla de los escritores que escriben o intentan escribir: de sus dudas, de su concepto de tiempo, de sus experiencias, de su inicio en la escritura, de cómo encuentran editorial (pp. 105 y siguientes, las que más recuerdan al libro de Vila-Matas). Sin embargo, formalmente, hay notables diferencias, puesto que Diario de las especies está construido como un blog. Sin pertenecer al género de las blogonovelas creado por Hernán Casciari ni al de las excelentes blogsívelas desarrolladas por Cristina Rivera Garza, Apablaza crea una novela blog que tampoco admite parecidos con las que publica la peruana Claudia Ulloa (véase su sugestiva Séptima madrugada; Estruendomudo, Lima, 2007), ya que la de Apablaza es coral, como luego veremos. Como vemos, la experimentación literaria con el blog –hablo de una experimentación de cierto nivel, no de uso– es hoy predominantemente lationamericana.

En la primera parte del libro, significativamente llamada “Búsqueda de una novela”, Apablaza no sólo hace una novela blog, sino que reflexiona teórica y prácticamente sobre la misma. Así, apunta que “Las novelas en los blogs no tienen fecha exacta de finalización, a menos que el blog se suprima” (p. 86), aunque sobre todo es interesante su planteamiento de construcción de un blog total, con la interactividad de los lectores también ficcionalizada. Esta idea de retratar numerosos comentaristas anónimos inventados es feraz; permite a la autora zambullirse en infinitas posibilidades identitarias, disolviéndose en ellas. ¿Disolviéndose? Bueno, quizá exista aquí un problema. Intento decir que en Diario de las especies la escritura de muchas de esas identidades ficticias no se distancia demasiado de la propia de la narradora. Cuando uno sólo tiene las palabras de alguien para reconstruir su psique, para encontrar al personaje que hay detrás, debe hacer un sobreesfuerzo para hacer creíble y tangible la personalidad. El único recurso que hay es el propio texto, y siendo –como cualquier texto es– un rastro subjetivo, una marca psíquica, el objetivo de todo escritor de personajes es idéntico al del escritor de heterónimos; debe crear la ilusión de algo real, la apariencia verosímil de una identidad otra. En los numerosos anónimos cuyos comentarios se reproducen, sólo aquellos conocidos en el mundo digital como “trols” (en este blog hemos tenido unos cuantos) están bien reproducidos, y también se sostienen algunos comentaristas asiduos, como Mexicanita. Pero la mayoría escriben como Apablaza, utilizando el mismo tipo de frase corta, que pasa de unos a otros asuntos de súbito. Veamos un ejemplo: la narradora escribe: “La novela enciclopédica aparece en la edad media (…) Uno de los mejores ejemplos es Dante. La verticalidad comprime la horizontalidad. No hay un hacia delante. El tiempo se detiene. Es atemporal” (p. 84). Y un poco más adelante, el comentarista JacRRRR responde: “Ya. Recapitulo. Las novelas se escriben solas. Es como una extensión de la vida. No hay salida si eres escritor. Es una tercera mano. O tienes tercera mano o no tienes” (p. 89). Lo que dicen es diferente, pero la respiración de los párrafos, su ritmo frasal, es exactamente el mismo. Hay, a mi juicio, demasiada homogeneidad en los caracteres descritos, porque hay demasiado parecido entre los textos. No obstante, debe reconocerse a la autora el decidido y esforzado intento de crear voces en la novela, la voluntad de abrirla y de abrirse a la otredad, que al final es o debería ser el objetivo de toda narrativa digna del nombre, incluso cuando se habla de uno mismo, pues también hay otredades interiores.

La segunda parte de la novela, “Persona”, es un sugestivo experimento de metamorfosis que parece influenciado –aventuro– por Clarice Lispector y Diamela Eltit. En él desaparece la metaliteratura y aparece la persona, alguien que sufre una metamorfosis por la cual ya no quiere ser escritora (p. 151), porque “ser persona es dejar de ser libro, de ser cita” (p. 141). Es un texto extraño, metafórico, plagado de alegorías animales, de especies, que no sé si interpretar como la expresión de un proceso metanoico por el que quien busca una novela sale transformado de la experiencia, lo consiga o no. En realidad, quizá no sea necesaria una explicación, porque estas últimas quince páginas son excelentes y se defienden por sí solas. Quizá A.A. no consigue una novela, pero desde luego Apablaza sí.

Con algunos defectos, pero con muchas cosas destacables, Diario de las especies, si mi información es correcta, será reeditada en España en 2010. Si ustedes me leen desde España, creo que harán bien en comprar la novela y enfrentarse a un texto singular, inteligente, formalmente atrevido y enamorado de la literatura, que nos invita a seguirle la pista al nombre de Claudia Apablaza. Si ustedes me leen desde México o desde Chile, probablemente ya lo estén haciendo.

19 comentarios:

  1. Me gustan las críticas constructivas y esta lo es, incluso he tomado notas que me servirán al construir personajes.
    Por eso me gustaría que escribieras sobre el libro que recomendabas en un video, "Intente usar otras palabras".
    Me llamó la atención su título y tu comentario, pero no he conseguido conectar con su contenido.
    No soy una entendida, ni mucho menos, yo me guio, cuando leo, por las sensaciones y estas a veces son como flechas, otras me dan ideas para escribir y casi siempre agradezco las palabras que me enseñan, como las tuyas.

    ResponderEliminar
  2. gracias, Isabel. En efecto, intento ser constructivo, sobre todo cuando los libros -como éste- lo permiten y lo requieren. Sobre el libro de Germán Sierra hablaré en algún trabajo que iré sacando, pero su especificidad desborda el formato común de reseña. Cuando lo leas, cosa que te recomiendo vivamente, entenderás a lo que me refiero. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Querido Vicente,

    Siempre tan interesantes tus críticas y comentarios. Es curioso lo que hablas sobre ese género de novelas con Vila-Matas dentro. Sin duda, es todo un autor-faro para toda una generación de escritores jóvenes. Parece que si no existiese Vila-Matas tendríamos que habérnoslo inventado. Yo intuyo, o al menos espero, que esa referencia que es Vila-Matas, por su escritura, su entrega a la meta-literatura y a la auto-ficción, de un volantazo brusco en unos años, dejando a todos sin faro, como barcos que tienen que buscar otros rumbos. Su presencia y su literatura son fuente inagotable de inspiración y es un autor necesario, pero creo que Vila-Matas es un escritor valiente y espero, y quiero tener la certeza de que no se va a acomodar en el pellejo del Vila-Matas que todos hemos leído. Al menos es mi deseo. Creo que eso le haría aún más grande. No sé. Todo eso no es más que un divagar improvisado.

    Me alegra especialmente la presencia del propio Vila-Matas en la red. Dice mucho de su actitud y de su distancia con otros escritores españoles, tan reacios a todo lo que no consideran puramente literario.

    Me parece curioso cómo, de unos años a esta parte, Vila-Matas ha trascendido sus libros y se ha creado cierta mitología sobre su persona. Como si se hubiese convertido en un personaje mítico, un ser literario, al modo de su visión sobre ciertos escritores en libros como “Historia abreviada de la literatura portátil”.
    Un escritor-personaje, en el buen sentido.
    Toda una literatura.

    Apuntamos la recomendación del libro para cuando salga en España.

    Seguimos tu blog con interés.

    ResponderEliminar
  4. Apoyo la moción, señores del jurado. Claudia Apablaza lleva tiempo llamando mi atención, además de como autora, como promotora de otras historias paralelas a lo literario.

    Lean, lean.

    ResponderEliminar
  5. Una reseña a la medida de la novela...

    Quizás la homogeneidad entre los escritos de AA y algunos comentarios también hacen referencia a la máscara como otra forma de comunicación coral. ¿No puede ser que la misma AA es la que escribe esos comentarios pero con otro nombre? Me pregunto tomando en cuenta de que todo es posible en la ficción del blog.

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. http://www.revistadeletras.net/obsesiones-experimentos-y-buenas-noticias-diario-de-las-especies-de-claudia-apablaza/

    Grande Claudia

    ResponderEliminar
  7. Sorprende quizás esta crítica pq en anteriores ocasiones no aparecían en buen lugar la metaliteratura o autoficcón y su encasillamiento generacional.

    He leído la novela, veo algunos puntos positivos, pero, grosso modo, comparto más la crítica de Patricia Espinosa---sin llegar, eso sí, a tanta virulencia---:

    http://www.letras.s5.com/ca1409082.html


    Saludos!!

    Ricardo

    ResponderEliminar
  8. Yo respeto todas las opiniones, Ricardo, aunque la que enlazas no parece una reseña, sino más bien un ajuste de cuentas personal, a juzgar por la frase de comienzo (no he seguido leyendo después de leer esa frase).

    Respecto a lo metaliterario, aquí se habla bien o mal de ello depende de quién y cómo lo use; se critica cierta autoficción, pero se habla bien de lo que denomino autonovela, que es precisamente autoficción + metanovela. Hay que distinguir, y eso es todo, las utilizaciones fructíferas de aquellas que no me lo parecen tanto. Saludos.

    ResponderEliminar
  9. He recibido un comentario donde se habla de temas no literarios referentes a este asunto. Este es un blog en el que se intenta hablar de ideas, no de disputas personales. Les ruego que mantengamos el diálogo en ese punto, los comentarios no literarios o conexos al tema del post no serán publicados, por respeto a los lectores no interesados en ellos (la inmensa mayoría, incluyendo al administrador del blog). Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Lei la crítica que enlaza Ricardo hasta la mitad, pues seguir ya era un ejercicio inútil y salta al ojo rapidamente que de crítica meditada y de analisis no tiene nada. Todo es insulto y exabrupto. Creo que ese tipo de textos no benefician ni a los propios escritores ni a los que realizan la crítica, pues vienen a apoyar la idea tópica y falsa del crítico malhuomorado y sin base, que parece que ejerce su oficio por rencór y no por amor a la literatura. Y que muestra al crítico como una especie de ser furioso, en lugar como lo que se muestra en este blog, alguien que desde otro punto de vista, también es creador, y que busca, de modo diferente, o quizá no tanto, objetivos similares a los del novelista o el poeta, su busqueda de la belleza y del conocimiento.

    Bien por ti, Vicente, por parar eos comentarios, que ya podemos imaginar...

    Dillinger.

    ResponderEliminar
  11. De nada, Dillinger (por cierto, curioso tu blog).

    Pero, por favor, tampoco quiero que esto se convierta en un foro para juzgar la otra reseña. Supongo que en la página original donde su publicó habrá un lugar para opinar sobre las reseñas incluidas, del mismo modo que en este blog lo hay para las hechas por un servidor.

    Por ese motivo, y porque conozco el modo rizomático en que estos debates paralelos intentan volver una y otra vez a escenas no literarias, anuncio que no aprobaré desde este momento comentarios que tengan que ver con aspectos de ese tipo, incluyendo aquellos que se refieran a la otra reseña. Con esto no quiero imponer que se hable de mi reseña, sino que se hable, dentro de las normas de respeto de este blog, de cualquier cosa que tenga que ver con el libro, con la autora, con la reseña o con literatura en general.

    Sabéis perfectamente qué es lo que estoy intentando dejar fuera. Gracias por vuestra comprensión.

    ResponderEliminar
  12. yo tengo muchas ganas de leerlo. y claudia es una chica muy agradable. y da gusto leeros

    ResponderEliminar
  13. Hola Vicente. Me parece acertado qeu evites lso ataques personales. Pido disculpas, pues, si al citar el enlace de la crítica de P.E. me excedí.(En este punto, huelga decir q puedes borrar el comentario q contiene el enlace si lo consideras oportuno)

    Commo apuntaba en el primer comentario, decía q compartía grosso modo cierto análisis de la novela pero dejando claro que no estaba de acuerdo con la virulencia de la crítica...

    Aclaro, por tanto, q comparto cierta visión de la novela como algo "prescindible".Por eso me había llamado la atención q tu análisis no fuera por ese derrotero. Tb, como apunté en el primer comentario, hay algunos puntos positivos, pero estos, para mí, se pierden en el conjunto total de la novela, q deviene, como digo, prescindible...

    En suma, aclarar q no tengo nada que ver con los cruces de opiniones de crítica y escritora--no conozco a ninguna de las dos; si acaso el nombre de la crítica me suena por haber leído algún artículo de la misma sobre R. Bolaño; poco más--, y, simplemnte, me dejé guiar por mi lectura. Al buscar opiniones sobre la novela en Google, para cotejar, salió tal reseña...

    Por otra parte, se agradece el comentario hacia lo q consideras autonovela

    Saludos!!

    Ricardo

    ResponderEliminar
  14. Ricardo, gracias por rebajar el tono. Respecto a tu pregunta por la autonovela, puede verse aquí:
    http://vicenteluismora.blogspot.com/2008/11/la-autonovela-pasadizos-entre-los.html

    ResponderEliminar
  15. Cuando se divaga en la idea de la Autonovela, los críticos estarán también pensando en la Autocrítica o criticar en relación a sus vidas, ya sean malditas, frustradas, cojonudas, potentes, impotentes, amistosas, flipantes, chidas, o lo que venga. Leí también El diario de las Especies, pero Pdf. Bien haría en colgarlo en su web. si nadie compra libros hoy en día.
    Desde méxico.Pablo M.

    ResponderEliminar
  16. Leía el otro día sobre un género que funcionó en cierta época que consistía en una serie de novelas con el tema: "Sherlock Holmes al lado de personajes reales como Freud, Marx etc..." y que al parecer resultó excitante para mucha gente en su momento. Habría que ver por qué.

    Lo del género de novelas con Vila Matas creo que tiene que ver con la obsesión hoy del escritor, más que por la escritura, con la idea de "ser escritor", "vivir como escritor", "hacer vida de escritor", "tener experiencias de escritor"...o algo parecido.

    Se habla del género de la "autonovela", pero en esta novelas ¿no es "la identidad como escritor" lo que más angustia a los autores?.

    Vila Matas podría materializarse en esas novelas como la personificación o el fantasma de esa obsesión. Los escritores lo hacen aparecer como espejo exitoso y definido de sus propias aspiraciones.

    El problema de hoy día -según el sociólogo Giddens- no es el de la ideología, sino el de la identidad. El escritor no se dedica tanto a indagar qué es el mundo, sino que vive obsesionado con la idea de "ser escritor", "tener experiencias de escritor" y demás...

    Por otro lado esta obsesión de los escritores, muestra terribles inseguridades sobre lo que hacen.

    ResponderEliminar
  17. hum... interesante alguna de esas ideas, Manolo. Gracias.

    ResponderEliminar
  18. Creo que hay una generalización respecto a la supuesta influencia de Vila-Matas. Porque es fácil resolverlo así. Más bien diría que Vila-Matas es el eslabón español de algo que hicieron Borges y Monterroso y Cortázar, a quienes tanto les debe Vila-Matas. Sobre todo el protagonismo biográfico de Borges en sus textos. Conviene abrir más las perspectivas de influencias antes de generalizar.

    ResponderEliminar
  19. añado:
    la crítica leída alienta - al menos a algunas personas entre las que me encuentro - a esperar con entusiasmo la reedición de esta novela en España.
    y parece que vuelta de tuerca en la autoficción.
    a quien le moleste el género y aquello que se encuadra en lo "meta" que busque por otro lado. hay un fantástico espectro de tendencias. igual que la gama de colores pantone.
    saludos (a todos)

    ResponderEliminar