Firma invitada: Iban Zaldua
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Con motivo del 25 aniversario de la muerte de Philip K. Dick, el narrador Iban Zaldua (San Sebastián, 1966) escribió en euskera para el diario Berria este magnífico relato, que nos ofrece ahora para el blog en traducción del poeta Ángel Erro.
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LA SEGUNDA VIDA DE PHILIP K. DICK
Iban Zaldua
Enciendo el ordenador y entro en la página web de Second Life (www.secondlife.com): aquí mi nombre es Deckar, y he conseguido que mi imagen se parezca a la del Harrison Ford de antaño. Últimamente estoy aficionándome bastante a Second Life.
Iban Zaldua
Enciendo el ordenador y entro en la página web de Second Life (www.secondlife.com): aquí mi nombre es Deckar, y he conseguido que mi imagen se parezca a la del Harrison Ford de antaño. Últimamente estoy aficionándome bastante a Second Life.
Paseo sin rumbo por diferentes escenarios del juego virtual, hasta que veo en la terraza de una cafetería a un avatar con el aspecto de Philip K. Dick; el titular del periódico que está leyendo da cuenta del LIV Congreso del Partido Nacionalsocialista en Nüremberg. Me acerco, y me hace un gesto para que me siente; antes de que haya podido preguntarle sobre la noticia, él me responde, como si tuviera la capacidad de leer en mi mente: "Curioso, ¿no le parece? Esta zona de Second Life funciona bajo el supuesto de que los alemanes hubiesen ganado la Segunda Guerra Mundial". "Una ucronía en el interior de un mundo artificial: ¿dónde podría estar más a gusto un fan de Philip K. Dick?", le contesto irónico. "No soy un fan, sino el propio Philip K. Dick; de cualquier manera, más de una vez he afirmado que no querría vivir dentro de una novela mía. Si estoy aquí es porque no me queda otro remedio". Me río, pero cliqueo sobre su imagen y en el cuadro de información se lee efectivamente "Philip K. Dick": el resto de los recuadros están en blanco. Aparece un camarero de aspecto robótico y le pedimos un par de cervezas, que nos sirve con diligencia unos segundos más tarde: el sol de Second Life se filtra a través de los vasos, proyectando reflejos dorados sobre nuetra mesa. En fin, me obligo a pensar, no es más que un conjunto de píxels.
En todo caso, me decido a seguirle el juego al supuesto Dick: "Te dará rabia, ¿no? Haberte muerto antes de que las adaptaciones cinematográficas de tus obras empezasen a producir dinero a espuertas...". "Bueno, como no lo he sabido hasta que resucité en esta Second Life, no he sufrido nada por ello". "Pero ahora que lo sabes...". "He encontrado el modo de cobrar los derechos de autor en dólares de Second Life, así que ni tan mal. Aquí puedo comprar de todo". "¿De todo? –le pregunto–. Pero, ¿qué dices? ¡Si aquí nada es real!". "Esto es mejor que estar muerto del todo, te lo puedo asegurar". Estoy a punto de comentarle que todo esto me recuerda demasiado a la novela Ubik, pero me no me ha dejado: "Además –continúa–, ¿cómo sabes que esto no es real?". "Porque es tan sólo un juego on line; además, yo no estoy muerto, sino delante de la pantalla de un ordenador". "¿Estás seguro?". "Sí...". "Entonces, ¿por qué no lo dejas ahora mismo?". "Porque no me da la gana". "Así que estás enganchado". "Lo puedo dejar cuando quiera". "¿Estás seguro?". "Estoy seguro".
Pero no lo estoy. Me doy cuenta de que no he tecleado las últimas palabras, sino que las he pronunciado; sin embargo, no he reconocido mi voz, y no sé desde cuándo he dejado de teclear.
Dick le ha pedido otras dos cervezas al robot. "Creo que tenemos para rato", añade.
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Iban Zaldua(Traducción: Angel Erro)
Bravo. Me encantó.
ResponderEliminarPor cierto, ¿alguien está al corriente de las "iniciativas literarias" que se están dando en Second Life?
Seguro que alguien sí.
P.
Está muy bien esto de que el capitalismo nos venda ahora una "segunda vida". De ese modo, uno no necesita preguntarse si verdaderamente tiene una.
ResponderEliminarÁngel Zapata.
Qué bueno, Ángel. Pero piensa que Iban es paródico, no apologético. Me alegro de "verte" por estos lares. Abrazos.
ResponderEliminarEn esta nueva realidad, se precisa un nuevo Dios. Más virtual aún, si cabe.
ResponderEliminarPues, no sé, el final no está muy bien resuelto ¿no?
ResponderEliminarEsperaba más después de adentrarme en él.
Pero es una opinión, como siempre, muy subjetiva.
Oye, cuando quedamos dentro de second life, podíamos montar allí una editorial o algo así...
ResponderEliminarPor mí vale, Baudrillard, algo habrá que hacer.
ResponderEliminarSupongo que el que no haya visto Blade Runner o leído Ubik no comprenderá lo irónico del texto.
ResponderEliminarNo sabía que habían pasado 25 años de la muerte de Philip k. Dick, aún tengo que comprarme el nuevo volumen de su antología de cuentos completos (hará algo más de un mes que salió la 3ª parte).
Un saludo... desde el otro lado
Hola, amigos. Ante todo, gracias por vuestros comentarios y a ti, Vicente Luis, por hacerle un hueco a mi texto en tu blog.
ResponderEliminarQuería comentaros solamente, por si hay algún despistado por aquí que lea en vascuence, que he seguido dándole vueltas al tema Philip K. Dick y he publicado otros dos textos relacionados con éste que habéis leído traducido. Uno, más ensayístico, lo podéis encontrar en nuestra revista Volgako Batelariak, aquí:
http://eibar.org/blogak/volga/105
El tercero -y espero que último- de la serie es otra ficción; ésta:
http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/K/elpepuesppvs/20070326elpvas_11/Tes
Una vez más, gracias por todo.