lunes, 19 de marzo de 2018

Algunas recomendaciones de lectura




Este libro de Jon Bilbao se compone de tres cuentos largos o de tres 'nouvelles' breves, según se mire. El último es muy bueno. Los dos primeros, y no uso nunca o casi nunca este adjetivo, son extraordinarios.






Curiosa y atractiva narración, ésta de Katixa Agirre, quien se revela como una narradora solvente, capaz de unir las líneas más intimistas con los conflictos históricos y geográficos, sin olvidar que lo que nutre la forma novelesca es la originalidad textual y estructural con la que se unen los elementos narrativos y los personajes.

 




Homo Lubitz puede ser la mejor novela de Menéndez Salmón, lo que no es poco decir. Aunque estoy enfangado en tareas diversas y sin tiempo para reseñar, no me resisto a recomendar esta obra oscura y brutal, con ecos del Satin Island de Tom McCarthy, del Crash de Ballard o de algunas novelas de Don DeLillo, eficazmente encajados en el sólido proyecto personal que RMS lleva tiempo construyendo. Puro Zeitgeist, y narrado con altura.
 









Cristina Elena Pardo ofrece en Mano que espeja (Balduque, 2017) una cosmovisión sobre la mujer reflejada en el espejo, en tres sentidos, al menos: la subjetividad femenina reflejada en el objeto azogado, la mirada reflejada en la escritura poética -que espeja o espejea en la elocución la mirada lírica de quien escribe- y, por último, la mujer que comenta el autorretrato (Pardo es fotógrafa, además de poeta) que se ha realizado a sí misma. Con raíces o ecos en poetas como Westphalen, Pizarnik, Olga Orozco o Blanca Varela, este primer libro de Pardo, acertadamente prologado por Ana Gorría, nos presenta una mirada poética distinta, singular y a la que prestar atención.














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