jueves, 24 de junio de 2010

Breve nota sobre las construcciones de Bellatin



Mario Bellatin, Los fantasmas del masajista; Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2009.













Hay libros que requieren ser reseñados según su propio sistema de escritura. Este modo de análisis es especialmente adecuado al caso de Los fantasmas del masajista. Está compuesto de un modo muy similar al de la canción Construcción, de Chico Buarque, que además aparece citada en el libro y es parte sustancial de la trama. Creo que es importante conocer la canción, para entender el juego del libro:






De la misma forma que en Construcción todo el material parece estar presente en la primera estrofa, aunque luego las ligeras variaciones van añadiéndole sentido, la novela toma cuatro elementos (el narrador, alguien muy parecido al propio Bellatin; su masajista João; la madre del masajista, declamadora profesional de canciones populares, entre ellas la de Chico Buarque; una lora regalo del hijo a la madre que también repite esquemas comunicativos dándole nuevas dimensiones al ser evocados en lugares diferentes a los supuestos) y va haciendo fugas sobre los mismos, introduciendo pequeñas variantes. En un momento dado leemos: “la que madre no terminaba de entender eran los juegos de sentido que la canción proponía una vez que la historia era contada de manera lineal” (p. 23). Estos juegos dirigidos a la no linealidad convierten el texto, como ya expresara Espen Aarseth, en un laberinto dirigido a la polignificación y la apertura del sentido[1]. El efecto hipnótico provocado lleva al lector dentro y más dentro de esta terrible historia de soledad, frustraciones, pasiones prohibidas y limitaciones físicas, como si se sumergiera en el maelström de Edgar Allan Poe y girase centrípetamente cada vez más cerca del abismo.



Esa sensación viene provocada por la estructura del libro de Bellatin, y por ello es conveniente recordarla, ya que hay libros que requieren ser reseñados según su propio sistema de escritura. Este modo de análisis es especialmente adecuado al caso de Los fantasmas del masajista, puesto que los motivos ahondan, siguiendo un constante ritornello, en pos de su propia dimensión simbólica. Así, el tema de la caída desde un edificio en obras, presente ya en Construcción de Buarque, es introducido como un elemento principal en la trama. Más allá de la puntual significación dramática, puede ser entendido también como una caída en la existencia –a lo que apuntan también las tres últimas estrofas de la canción brasileña–, en una vida huera de autenticidad. Lo real comparece como banal, y viceversa. A esta interpretación nos animan las fotos que cierran el libro, que repiten una vez más todos los hilos de la historia, mediante instantáneas realizadas por Bellatin (un procedimiento habitual en sus novelas, desde Shiki Nagaoka: Una nariz de ficción a Perros héroes), captando momentos cotidianos de una ciudad que parece São Paulo. Momentos banales que son reutilizados, repescados, repetidos en el libro dándoles una nueva dimensión con este nuevo uso, del mismo modo que las imágenes de Buarque cobran vida nueva mediante su repetición alterada en cada estrofa. La maestría de Bellatin, que siempre ha sido partidario de una narrativa minimal sustentada en variaciones obsesivas sobre temas duros pero fieramente humanos, alcanza aquí un hondo grado de perfección, lo que no conviene olvidar en estas líneas, ya que hay libros que requieren ser reseñados según su propio sistema de escritura. Este modo de análisis es especialmente adecuado al caso de Los fantasmas del masajista.




[Relación del crítico con el autor: muy escasa pero cordial.
Relación del crítico con la editorial: ninguna]




[1] E. Aarseth, Cibertext. Perspectives on Ergodic Literature; Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1997, pp. 3ss.

14 comentarios:

Rosalía Navarro dijo...

Hola Vicente; como has picado mi curiosidad y tu reseña está repleta de datos significativos, me voy a animar a leer este libro. Por cierto, ya he leído un par de los que recomiendas y me han gustado mucho.
Un abrazo.

Vicente Luis Mora dijo...

Gracias, Rosalía. Un abrazo y bienvenida.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Fantástica crítica, Vicente. Me permito añadir un enlace, con el tema cantado en español por Buarque, para que se entienda aún más el juego. Como suele ocurrir en Youtube, mejor no mirar las imágenes que lo ilustran...
Saludos,
E.
http://www.youtube.com/watch?v=WsdFvPQj9m4

Oche Zamora dijo...

A la lista.

Para mí y para algunos amigos míos Construçao de Chico Buarque marcó un antes y un después en la manera deapreciar los textos de las canciones.
Aquí dejo el tema original. Brutal.

http://www.youtube.com/watch?v=xAUogmaP_PE

Saludos,

Vicente Luis Mora dijo...

Muchas gracias, amigos. Lo cierto es que la canción es excepcional. La conocí a raíz de publicar mi libro de poemas "Construcción", cuando un poeta amigo mío me preguntó si tenía algo que ver con la canción. "¿Qué canción?" dije, y desde entonces. Saludos.

Hautor dijo...

Sí, es en el relato que protagoniza Shiki Nagaoka donde se sientan las bases teóricas -y prácticas- de ese modo de narrar que hace uso de las imágenes(algo que recuerda vagamente a la fotonovela 'diferida' o a fotofilms como 'La jetée', de Chris Marker). No puedo dejar de asociar a la lora de la madre del masajista con el artista sampleador o el 'poeta hormiga' del que hablaba Petrarca, encargado de recopilar materiales sin darle cohesión ni entidad propia. Afortunadamente Bellatin es un caso estupendo de 'poeta abeja'.

Vicente Luis Mora dijo...

muy de acuerdo, Hautor. Gracias por pasarte por aquí y un abrazo.

Buzzo por desuso dijo...

El libro suena interesante y la música brasileña evoca mulatas en bikini.

Anónimo dijo...

no sé si tienes costumbre de criticar al crítico, pero ¿qué te ha parecido la reseña de Pozuelo Yvancos a tu Alba Cromm? Me da la impresión de que se queda en la cáscara...

Vicente Luis Mora dijo...

Pues no suelo hacerlo y no lo hare (perdon, ando sin acentos) ahora. Siempre dije que Pozuelo Yvancos era de los pocos criticos literarios de suplemento con cierta altura y no voy a cambiar mi criterio porque yo haya salido esta vez escaldado. No comparto su juicio pero lo respeto. Saludos

Juan Galán dijo...

La respuesta que acabo de leer de honra. Además manifiesta la plena coherencia de alguien que se mueve con pareja solvencia en el lado de la creación y en el de la crítica.
Dices, además, que Pozuelo es de los pocos críticos de suplemento que merecen la pena, opinión que suscribo. ¿Sería mucho pedir que te mojaras un poco más y señalaras cuáles son, a tu juicio, los críticos españoles que valoras mejor, tanto de suplementos como de revistas? ¿Son todos esos críticos "afines" a tu visión de la nueva literatura? No sé si me estoy pasando de inquisitivo.
Un saludo cordial.

Vicente Luis Mora dijo...

Creo que ha quedado claro que no son muy afines!!! :)

Ya los he mencionado en alguna ocasion (no tengo acentos, mis disculpas): Pozuelo, Masoliver Rodenas, Tua Blesa sobre poesia en castellano, Siles sobre poesia extranjera. Tampoco tengo todos ahora mismo en la cabeza, pero si puedo decir que a estos siempre los leo. Esto no quiere decir que este de acuerdo con ellos siempre, sino que siempre me interesan. No estoy de acuerdo de forma total con ningun critico, ni siquiera conmigo. Saludos, Juan.

Anónimo dijo...

Y ya que estamos, ¿qué te parece la labor que hacen en la página de Crítica y contracrítica. A mi me gusta la manera en que dan caña, pero a veces creo que se pasan un poco.
¿Qué opinas?

Vicente Luis Mora dijo...

Tengo que decir que no veo esa pagina casi nunca; cuando empezo la consultaba de vez en cuando, pero luego deje de hacerlo. Supongo que el hecho de no saber quienes estan detras me genera un escepticismo insalvable, al no saber cual es su relacion exacta con los autores a los que ensalzan. Sigo sin acentos, perdon.