viernes, 23 de marzo de 2012
Lech Majewski
Roe's Room (1998), de Lech Majewski, es sólo hasta cierto punto una película. También es plástica, o cuadro, tangencialmente. En realidad se presenta como una búsqueda a medio camino entre lo cinematográfico, lo plástico, lo musical y lo escenográfico. Las únicas palabras son las cantadas. No hay diálogos. La palabra es la gran ausente en un esfuerzo plástico volcado por completo en la capacidad de resonancia y expresión de la imagen. Es la de Majewski imagen en sentido puro, precisamente porque persigue la visualidad menos pura imaginable: una imagen barroca, contaminada, imposible, onírica, sobrecargada, sobrerrepresentada. Sólo la música recuerda a lo temporal -disculpen la aparición a trasmano de Lessing- en un arte preocupado por lo espacial, por la imagen esculpida, tarkovskiana, orientada a una inmanencia en sí misma, a una perduración. Telas de Zurbarán, gestos de David, enfoques de primitivos flamencos, miradas de Rembrandt. Majewski es pintor de formación, formado en la Academia de Varsovia, y también de devoción. En la habitación de Roe irrumpen a un tiempo la naturaleza telúrica y el manierismo de la Historia del Arte. No hay perdón para una contradicción así; tampoco disculpa para mantenerse al margen. Estéticamente es un divino fracaso, en el sentido de Cansinos-Asséns, y por tanto algo digno de verse, como el momento en que un gigante cae de rodillas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
¡Pues a mí me apetece verla!
Yo la disfruté mucho.
Una película donde lo estático y lo extático se conjugan visualmente para hacernos pensar en muchas cosas: el irremediable avance de la vida (emocinante la imagen en que la madre tienta la pared que aparece bombeándose al final sin ver siquiera qué surguirá) y de la muerte haciéndola coincidir con el invierno.
Es todo un poema esta película en la que la naturaleza se comporta como lo que es: un arrebato.
La lástima: saber lo que se canta en todo momento.
Gracias por traer esos fotogramas al blog.
A mí me suelen enganchar más las pelis estéticas que las pelis-guión. Muchas veces he terminado felicísima después de ver una peli de la que no me he enterado ni un pimiento. Por eso amo a Tarkovski. Alguno de esos fotogramas me han recordado al ruso. No sé si conocerás, Vicente, a Paradjanov. Sus pelis son una sucesión de cuadros. Eso son. "Los caballos de fuego" es imprescindible. http://www.paradjanov.com/
Pues no lo conozco, pero haré lo posible por cubrir esa laguna lo antes que pueda. Un abrazo y bienvenida.
Aquí tienes (tenéis) "Colour of pomegranates" al completo. Está subtitulada en inglés, si no te importa. Es una maravilla.
Saludos y gracias por la bienvenida.
Inma
http://www.youtube.com/watch?v=w5yMyUDFht4&feature=related
Publicar un comentario