martes, 25 de noviembre de 2008

El agridulce encanto de lo tardío



Aprenderás a pensar contra tu propia lengua
Juan Goytisolo, Juan sin tierra


Juan Goytisolo es uno de los nombres más conocidos de nuestras letras fuera de España y uno de los más controvertidos dentro. Su nombre sólo suscita indiferencia o tibieza en quienes no le han leído, o no le conocen. Sus elecciones ideológicas o sentimentales han sido tomadas por algunos como excusas para desactivar lo único importante, lo único que (en principio) reconoce el Premio Nacional de las Letras: la calidad de la carrera literaria de un autor. Y creo que es poco discutible la calidad media de la obra narrativa, crítica y autobiográfica de Goytisolo, encontrándose su legado entre los más importantes del XX. Sobre Goytisolo han escrito con fervor críticos europeos, hispanoamericanos, musulmanes y norteamericanos; católicos, árabes, protestantes, agnósticos y ateos; es leído en casi todo el mundo y ha tenido seguidores en varias promociones de escritores y lectores, así como defensores de edades variopintas como las de Julián Ríos, Carlos Fuentes, Pere Gimferrer, A. Sánchez Robayna, José María Pérez Álvarez, Juan Francisco Ferré o Jorge Carrión. Incluso quienes ponen algunos peros a partes o aspectos de su obra o su figura, no dudan en calificar de “obras maestras” a novelas como Señas de identidad, Reivindicación del Conde Don Julián o Juan sin tierra (como hace el gran estudioso de la literatura de posguerra José-Carlos Mainer en Tramas, libros, nombres).

El propio Goytisolo ha contribuido, conscientemente o no, a que la valoración de su obra literaria se vea esmerilada por factores extraliterarias. Atento siempre a la actualidad española pese a su exilio voluntario en Marrakech, agitador cultural, portador constante de opiniones contundentes, ha sido criticado por tirios y troyanos, por estar demasiado lejos o demasiado cerca; a ratos por la ferocidad de sus críticas y a ratos por aceptar premios o reconocimientos de un panorama cultural que dice detestar. Ana Nuño ha llegado a hablar de que “cabe entonces plantear la existencia de un problema Goytisolo. Éste, en realidad, es el generado por la ausencia de un contexto crítico adecuado para la recepción de su obra”. Creo que ese contexto ha comenzado a aparecer de unos años a esta parte, coincidiendo quizá con una nueva promoción de críticos nacidos o crecidos ya en democracia y que pueden abordar cierto tipo de problemas culturales o literarios con el necesario distanciamiento. En este sentido, para contextualizar la figura de Goytisolo, quizá habría que precisar qué significa “contribuir al desarrollo de una cultura”. A mi juicio –y no me cabe duda que al de Goytisolo también– esa contribución puede hacerse aportando nuevas obras, pero también mediante la crítica rigurosa de vicios establecidos y de las carencias que hay en todo sistema cultural, incluido el español. Goytisolo ha hecho las dos cosas, y las ha hecho bien. Ha demostrado con creces que sabía escribir y que sabía denunciar fisuras, vacíos, anorexias y tabúes de la cultura española. Esto no significa que tengamos que compartir todos sus libros, posturas, críticas y opiniones, algo imposible por su extrema singularidad y por su abundancia, después de 78 años de vida. Nadie comparte todo lo que ha hecho o dicho Juan Goytisolo. Ni es necesario hacerlo. A la hora de valorar su competencia literaria hay que dejar de lado lo que piensa Goytisolo sobre la cultura patria, sobre política internacional, sobre el orientalismo, sobre las religiones, sobre el sistema educativo o sobre la historia de España. Hay que ceñirse a los textos y ver si sus lecturas, teorías y diversos conocimientos construyen o no una narrativa sólida, algo que ha hecho el hispanista suizo Marco Kunz, por ejemplo, estudiando el tema de la migración en la obra del autor barcelonés. Habrá que abordar la calidad de su literatura de viajes, como hizo Jorge Carrión en su tesis doctoral, de próxima aparición en la editorial Iberoamericana Vervuert. Habrá que analizar si su utilización del lenguaje es firme y original, si su tratamiento textual relanza la novela española de finales del XX (algo que tratase Juan Francisco Ferré en su tesis doctoral), si sus personajes y técnicas han quedado en el imaginario narrativo posterior, y si sus aportaciones críticas y autobiográficas se cuentan o no entre las mejores que tenemos. Se trata de valorar, de forma desapasionada, un conjunto de textos. Y si esto se hace con rigor, sin animadversiones ni nepotismos, debe reconocerse que el Premio Nacional de las Letras ha acertado de lleno al galardonar –con bastante retraso– una trayectoria literaria con escasos parangones en nuestra historia reciente, por calidad y por diversidad. Decía Gimferrer en Los raros que “la sociedad y la literatura hispánica no deben prescindir de nadie, y la literatura, en particular, no puede prescindir de la verdad literaria”. Por ello da igual que Juan Goytisolo quiera siempre huir minuciosamente de la literatura hispánica, o al menos de la ibérica; lo importante es que ésta nunca deje escapar a Goytisolo. Y darle un premio es tan buena manera de intentarlo como cualquier otra, y entra dentro de los agridulces encantos de lo tardío. Aunque hay otras formas de retenerlo con nosotros: yo prefiero seguir, o que siguiésemos, leyéndole. Ahí es donde aguarda el Goytisolo que quedará cuando el polemista se vaya, ahí respira el Juan Sin Tierra realmente valioso. Ahí, entre las páginas de Señas de identidad, de Reivindicación del conde Don Julián, como lectores de gran literatura en castellano, podremos encontrarnos siempre también a nosotros mismos.


.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

he leído que al darle el nacional lo que han hecho es desactivar la posibilidad de darle el cervantes dentro de poquito. ¿tú qué crees?

Vicente Luis Mora dijo...

Tengo que reconocerte que lo primero que pensé al enterarme de la noticia, fue: "¿el nacional?". Pero no puedo entrar en las mentes de quienes dan los premios; el jurado no es el mismo (creo que sólo coincide el Director General del Libro) y una cosa no tiene por qué interferir con la otra. Ya veremos. Saludos.

Anónimo dijo...

Manuel G.

Creo que es realmente difícil encontrarse con información que hable sobre la literatura de Goytisolo. Y esto no sé exactamente porqué es. No sé si es por su dificultad, su poca comercialidad etc...no sé.

Hay escritores, que aparentemente son sólo escritores, es decir, son sólo la persona, el personaje, el escritor, quizás una pulsión reinvindicativa... pero su obra brilla por su ausencia.

Algo falla en todo esto. Quizás, con todo, Goytisolo haya escrito obras maestras.

J. A. Montano dijo...

Juan Goytisolo es un gran escritor terriblemente aburrido.

Dicho de otro modo: Juan Goytisolo es un terriblemente aburrido gran escritor.

Se merece este premio, por supuesto. Y se merecería aún más el Cervantes. No veo yo a nadie (o a casi nadie) que se lo merezca más.

Pero es terriblemente aburrido.

Manuel G. Mairena dijo...

a los escritores debería valorársele únicamente por criterios estrictamente literarios, y no pedirles que además de escribir buenas obras sean mediáticos, altos, bien vestidos y para colomo hasta simpáticos -porque así nos va en muchos casos-. tampoco veo necesario que para reconocer a un autor haya que exigirle que absolutamente todas sus creaciones sean magnánimas, a mí, personalmente, me bastaría con cada escritor de este país tuviera siquiera una buena obra, y no como ocurre la mayoría de las veces, que se valora más la mediocridad constante, a quienes no se arriesgan ni una vez, pero claro, tampoco la pifian demasiado.
de Goytisolo he leído poco, pero todo muy bueno, de Cervantes por ejemplo he tenido que leer mucho -obligaciones filológicas-, y sólo se salva El Quijote, y no por ello le voy a restar mérito.
y por cierto, no se me confunda con el homónimo anterior, es el condicionante de tener un nombre d elo más común.

Juan Carlos Márquez dijo...

Querido Vicente, pues mira, voy a discrepar porque me parece sano. No voy a discutir la calidad de la obra de Goytisolo, no soy tan necio; pero, así entre nosotros, me parece un quejica al que parece que el mundo le debe algo. Ha tenido (y tiene) a lo largo de su carrera el apoyo de grandes grupos editoriales y de comunicación: Barral, Gallimard, Prisa y ahora el Círculo de Lectores. Yo no lo veo precisamente solito y desvalido por el mundo. ¿Que es merecedor del Nacional y del Cervantes?, pues sí, como otros que aún no los tienen. Claro que, siendo justos, tampoco se puede culpar a Goytisolo de una pandemia: al fin y al cabo, los escritores, con diferentes intensidades, viven (vivimos) a caballo entre dos territorios míticos: Egocentria e Hiperbolia.

Pablo Rodríguez Burón dijo...

Sobre Goytisolo no puedo opinar porque no he leído ninguno de sus libros. Me quedo pues (además de con la intención de leerle algún día, que ya la tenía, pero insisto, algún día) con el maravilloso título que le has puesto al post. Te felicito por él.
Un saludo

Anónimo dijo...

Manuel G.

Tristemente, la obra de Goytisolo suele obviarse, frente a su figura de escritor insobornable y todo eso.

Algo falla, cuando a nadie parece atraerle hablar de sus libros, de sus personajes, de su universo. No motiva. Motiva más como "escritor", parece.

Manolo G... Esto es inaudito; hay que ver qué mala suerte. ¿Cómo lo arreglamos?.

A ver que dice Vicente. Qué medie.

Yo estaba antes...

Vicente Luis Mora dijo...

Uy, lo que me faltaba era convertirme en árbito de nombres. Seguro que llegáis a un acuerdo razonable. Saludos y gracias a ambos Manolog.

Isabel dijo...

Ya era hora de que le reconocieran que su manera de escribir nos enseñó que se podía realizar con otros parámetros. A mi me gusta que los escritores nos hagan pensar sobre todo para salir de esta uniformidad con que nos quieren vestir. Y lo que es seguro es que este buen escritor a nadie deja indiferente. Yo me he alegrado bastante.

Anónimo dijo...

Este hombre -mejor dicho, su obra- se merece este premio y alguno más. Aunque últimamente de vez en cuando tire algún petardo de fogueo tiene libros que son impagables, con un tintineo lingüístico, unos círculos mentales -no sé decir lo que quiero decir de otra forma, perdón- que su propia "marginalidad" han posibilitado: situarse para situar la literatura... Eso vale mucho.

Toto

J. A. Montano dijo...

Marsé al final!

En fin, volviendo a Goytisolo: lo suyo es el hormigonado heterodóxico :-)

Anónimo dijo...

Manuel G.

Hablando de Obama:

¿qué te parece esto? ¿exagerado?


http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=6352&lg=es

Vicente Luis Mora dijo...

Bueno, aunque este no es el post para hablar de esto, decir que hay 42 millones de analfabetos en los Estados Unidos es tan gratuito como decir que en España habría 7 millones de analfabetos. ¿La sexta parte de la población? Eso es simplemente imposible. Que hay poco nivel cultural medio en Estados Unidos, de acuerdo. Pero que tome este buen hombre un discurso de Lincoln y que vaya a leerlo, traducido al español, a las Hurdes o a algunas regiones rurales del norte de España. O un discurso de Azaña o Cánovas del Castillo. A ver qué pasa. Eso sí, hay otras muchas cosas en las que tiene razón: la educación es la base de la ciudadanía democrática: quien no sabe leer, no puede votar, no porque no haya leído los programas electorales, sino porque carece de la instrucción general suficiente para tener conciencia crítica y saber cuándo le están engañando. Con toda la parte del artículo que habla de la necesidad de más educación, de acuerdo. Algunas de las conclusiones extraídas de esa idea madre me parecen algo gratuitas, pueden defenderse las contrarias perfectamente. Saludos.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo quizás contigo, si nos ceñimos al significado exacto de "analfabetismo". Creo que no puede haber tantos.

También estaré de acuerdo en que España no es tan diferente.

Pero en el tema del infantilismo de la gente en política, y cómo cultivan esto los políticos, cualquier cosa que se diga es poco.

Es terrible cómo perdemos el espítitu crítico ante la parafernalia, los discursitos, los cuentos de hadas etc...

Vicente Luis Mora dijo...

Puede ayudar a iluminar un poco la figura de Goytisolo para quienes no le conozcan:
http://juanfranciscoferre.blogspot.com/2008/11/las-mltiples-personas-y-el-verbo-de.html

Anónimo dijo...

Supongo que todos los lectores de este blog habrán leído ya el post del insigne crítico Fernando Valls, titulado "Atención, últimas revelaciones sobre el doliente JG":

http://nalocos.blogspot.com/2008/11/atencin-ltimas-revelaciones-sobre-el.html