jueves, 13 de noviembre de 2008

Periódicos de broma (o no)



Hoy ha salido en Nueva York una edición falsa del New York Times. El propio rotativo ha confirmado que ni más ni menos que 1.200.000 ejemplares falsos de su diario se han repartido hoy en la Gran Manzana, incluso algunos de ellos han sido vendidos en los quioscos como ediciones vespertinas o especiales de una las cabeceras más prestigiosas de los Estados Unidos.

La portada, como se ve a la izquierda, anuncia el final de la guerra de Irak, está fechada el 4 de julio de 2009, es una crítica al gobierno actual y, de paso, un modo de recordarle a Barack Obama las obligaciones contraídas con el electorado respecto al término de las operaciones militares en el Golfo. El hoax ha sido perpetrado por The Yes Men, una curiosa organización de "impostores", como se definen en su propia
página web, dedicados a hacerse pasar por otros o a colar sus elaboradas acciones en los mass-media, como lucha contra el espectáculo informativo desde dentro. Se hicieron famosos cuando se presentaron como miembros de la Organización Mundial del Comercio y anunciaron... la disolución de la entidad. A partir de ahí han seguido haciendo "terrorismo informativo", con una actitud corrosiva, política y no exenta de sentido del humor.

Su modo de intervenir en los medios de comunicación de masas nos recuerda mucho a los italianos Luther Blisset, ahora denominados Wu Ming Foundation, que también llevaron a cabo minuciosas operaciones de engaño a los medios de comunicación, reventando, por ejemplo, una edición de la versión italiana de Quién sabe dónde, al presentar como desaparecido un ciudadano italiano inexistente. En un próximo artículo para Quimera hablaremos más a fondo de este grupo y de otros parecidos que existen en Europa.

La no existencia es uno de los temas más interesantes y recurrentes de nuestros tiempos. El sujeto contemporáneo parece salido del retrato de Italo Calvino en El caballero inexistente, y sus producciones icónicas responden al mismo principio de puesta en duda -metódica- de la experiencia de vida. "Mi ser", escribió César Vallejo, "recibe vaga visita del Noser". El propio New York Times ofrece un divertido
reportaje sobre la hazaña de dos norteamericanos, Dan Mirvish, y Eitan Gorlin, que se inventaron el Instituto de la No Existencia, llegando a colar alguna de sus conclusiones en la campaña electoral. No se lo pierdan.

Para completar este panorama de los periódicos e informaciones falsas en los Estados Unidos, merece la pena echarle un vistazo al semanario californiano
The Onion, que se reparte gratuitamente en San Francisco. Paseando por esta ciudad cogí uno pensando que era un periódico real (un efecto óptico me hizo pensar que la publicación se llamaba The Opinion), y a los cinco minutos estaba literalmente doblado de la risa en una cafetería, leyendo titulares como los que siguen: "Un billete de un dólar en el suelo crea el caos en la bolsa de Wall Street", "Cirujano plástico alerta del grave peligro que sufren las mujeres con pechos pequeños". No apto para personas adictas a lo políticamente correcto.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

A lo mejor, Vicente, la realidad estriba en esas "falsedades" y lo que nosotros percibimos como reala través de los medios de comunicación "serios" no es más que el holograma de "La invención de Morel", por ejemplo. Algo así. Un abrazo.

Vicente Luis Mora dijo...

Pues por eso lo pongo aquí, José María, porque estoy de acuerdo contigo y este diario falso me parece el perfecto retrato del estado de cosas. No me digas que no tienen gracia los The Yes Men, los "hombres sí". ¿Cómo se manejan un millón doscientos mil ejemplares de periódicos? Macho, eso tiene que pesar toneladas y costar una pasta. Pero aquí lo hacen todo a lo grande, ya sabes. Además el periódico incluía treinta artículos más o menos serios, bromas varias y anuncios también falsos.

Aquí se ve un vídeo preparado por ellos donde se ve la distribución de los ejemplares: http://goofball.nytimes-se.com/2009/07/04/video/

Esta es la portada en versión digital: http://goofball.nytimes-se.com/

Y si podéis no os perdáis un artículo falso de Thomas Friedman, genial, titulado "¿El fin de los expertos?", incluido en la sección de opinión: http://goofball.nytimes-se.com/2009/07/04/the-end-of-the-experts/

Tiene más gracia si has leído antes artículos de Friedman, claro. Creo recordar que El País incluía a veces alguno en la sección de economía.

Qué buena tarde he echado con estas cosas. Abrazos, José María.

The gunner dijo...

jajaja muy bueno Vicente. Aquí un nuevo seguidor, de la rama de los medios precisamente. Me parece una forma exquisita de reivindicar un perdiodismo de verdad, sin bombas, ni tiros. Así recordar a la sociedad que una mentira se filtra tan rápido o más como la más pura de las verdades (esas que no existen). Bueno, intentaré ser fiel a tus palabras antes de que se las lleve el tiempo...
Saludos

y qué más da... dijo...

Es la pirmera vez que tengo noticias de este grupo, pero aplaudo su forma de lucha. La esclerosis ha inundado lo "políticamente correcto" y es necesario que proliferen este tipo de intervenciones contra el convencionalismo y la ceguera.
Son nuevas forma de subversión muy, pero que muy interesantes.
Muchas gracias por mostrarlo, Vicente.
Saludos.
David

raúl quinto dijo...

se ve muy interesante y habrá que echarle un ojo. No tenía ese afán reivindicativo ni esa búsqueda de la verosimilitud, pero no puedo dejar de pensar en aquel periódico desternillante que venía con El Jueves. Casi siempre las copias son más divertidas que los originales...

ALICIA MARTÍNEZ dijo...

Hola: Sobre este tema hablan alto y claro en el dossier de la nueva revista Bostezo: os dejo la dirección revitabostezo.com para que ampliéis la info. Un abrazo

Pablo Rodríguez Burón dijo...

buenísimo todo esto. Ya tengo ganas de leer el artículo para Quimera. Es un tema interesantísimo el de las identidades. Y en efecto, refleja muy bien el estado de las cosas, como dices.
un saludo

Anónimo dijo...

Quizás podrían considerarse estos periódicos como una variante humorística de esa tendencia literaria consistente en mezclar ficción y realidad. Con fines distintos, claro. Pero, a fin de cuentas, se trata de poner en duda esta distinción.
O quizás es todo lo contrario: una mentira burda tiene como propósito demostrar la enorme distancia que separa la realidad y la ficción (especialmente cuando esta última se presenta bajo la forma de "wishful thinking").
La verdad es que no sé.

Ana dijo...

Gracias Vicente por el artículo y los enlaces que has incluido.
Pero, ¿qué es lo que aporta de novedoso a la emisión radiofónica de "La guerra de los mundos" de Orson Welles?. Demostró con su experimento el poder los medios de comunicación de masas

Vicente Luis Mora dijo...

No hace falta que aporte nada nuevo, simplemente me ha parecido un esfuerzo enorme y curioso, que valía la pena comentar. Un saludo.

Germán dijo...

Hola Vicente, que curioso, precisamente estaba pensando en escribir un artículo sobre
este fenómeno de las "intervenciones mediáticas" con una larga tradición en Norteamérica muy difundida por publicaciones con intención satírica como The Onion. Me interesan particularmente las versiones online. Por ejemplo, hace un par de años años existía una falsa revista médica online con un maravilloso título, "The journal of narrative pathology" y unas fantásticas descripciones de enfermedades imaginarias, pero desgraciadamente los han descolgado y no he conseguido volver a encontrarlo (formaba parte de la web de la Columbia university). Otra estupenda web que juega muy bien con el recurso noticia-ficción es futurefeedforward.com. Se trata de una serie de notas de prensa y noticias satíricas situadas en el futuro. Algunas son tan buenas que no he podido evitar samplearlas para la novela en la que estoy trabajando.
Un abrazo,
G.

Vicente Luis Mora dijo...

Tengo curiosidad por esa novela, Germán. A ver si sale pronto y te la destrozamos por aquí ;)) Saludos.

Jesus Andres dijo...

Siguiendo la broma, ese falso New York Times, ¿tenía el título entrecomillado? En la foto no se aprecia. Habría sido una sutileza doblemente genial. Hacer referencia al original y relativizar la información.
Saludos, Vicente.

Anónimo dijo...

No había oído antes hablar de este fenómeno de las ediciones falsas de un periódico. Curioso, interesante y sobretodo increíble el volumen de ejemplares repartidos.

Aunque lo cierto es que por aquí, por España, sí que he visto publicar alguna que otra noticia falsa en un periódico de "verdad".

Anónimo dijo...

Por si os interesa, os copio algunos párrafos de un artículo que guardo de García Márquez: "¿Quién cree a Janet Cooke?" (El País, 9 de abril del 81).

Todo empezó el día en que ]anet Cooke, reportera del Washington Post, le dijo a su jefe de redacción que había oído hablar de un niño de ocho años que se inyectaba heroína con la complacencia de su madre. «Encuentra a ese niño.», le dijo el jefe de redacción, «Será un reportaje de primera página.» En octubre del año pasado, en efecto, el relato revelador y tremendo -bajo el título de «El mundo de ]immy»- estremeció a Estados Unidos. Hace dos semanas, con sólo tres años en el oficio y veintiséis de edad, ]anet Cooke mereció el honor más codiciado del periodismo de su país, el Premio Pulitzer. Aunque sólo por pocas horas, pues el escrutinio inclemente de sus jefes y la presión de su propia alma la obligaron a confesar que el reportaje era inventado y que el pequeño ]immy sólo había existido en su imaginación. Este incidente plantea, una vez más, el drama del periodismo de Estados Unidos, cuyo rigor casi puritano lo ha convertido en el mejor del mundo, pero cuyas contradicciones traumáticas lo han convertido también en el más peligroso. De allí que toda nota falsa, como la que ]anet Cooke acaba de cantar, termine por provocar sin remedio una crisis de conciencia nacional [...] todo caso, más allá de la ética y la política, la audacia de ]anet Cooke, una vez más plantea también las preguntas de siempre sobre las diferencias entre el periodismo y la literatura, que, tanto los periodistas como los literatos, llevamos siempre dormidas, pero siempre a punto de despertar en el corazón. Debemos empezar por preguntarnos cuál es la verdad esencial en su relato. Para un novelista lo primordial no es saber si el pequeño ]immy existe o no, sino establecer si su naturaleza de fábula corresponde a una realidad humana y social, dentro de la cual podía haber existido. Este niño, como tantos niños de la literatura, podría no ser más que una metáfora legítima para hacer más cierta la verdad del mundo. Hay por lo menos un punto a favor de esa coartada literaria: antes de que se descubriera la farsa de ]anet Cooke, varios lectores habían escrito a su periódico para decir que conocían al pequeño ]immy, y muchos decían conocer otros casos similares. Lo cual hace pensar -gracias a los dioses tutelares de las bellas letras- que el pequeño ]immy no sólo existe una vez, sino muchas veces, aunque no sea el mismo que inventó Janet Cooke”.

Saludos

PD. La última temporada de The Wire también plantea los recovecos de este asunto.

Anónimo dijo...

No tenía ni idea de que existiera este tipo de organizaciones. Sencillamente genial.Lo que me parece realmente extraordinario,es el hecho de que surja este original activismo,llamado a convertirse en garante de la democracia.Una fórmula de control de las promesas políticas incumplidas,me quito el sombrero.Me pregunto yo,¿para cuándo en España?

Anónimo dijo...

(Del blog El aprendiz al sol, de J.A. Montano)

A Yes Man?

Esta otra de Juan Antonio Ramírez en Duchamp. El amor y la muerte, incluso:

Duchamp no se dejaba atrapar, ni por una mujer en concreto ni por ningún movimiento artístico o literario. No se sabe bien de qué vivió a lo largo de su vida, y ni siquiera él mismo fue capaz de dar al respecto explicaciones satisfactorias. La palabra sí era casi todo su vocabulario. Se puede decir sí sin gasto emocional. Decir no congestiona el rostro. [...] Asentir era su manera de preservar la libertad.
--
c.m.