El impresionante jardín vertical que los arquitectos Herzog & de Meuron han encargado a Patrick Blanc, para la pared lateral del Caixa Forum en Madrid, me ha recordado a los Jardines Colgantes que Nabucodonosor levantara en Babilonia para paliar la tristeza de su esposa, nacida en zonas montañosas llenas de bosques. La retórica del jardín, como apuntamos en otro lugar, es profundamente monárquica, frente a la apariencia democrática del parque, construido para todos (Paraíso cerrados para muchos, jardines abiertos para pocos, se llamaba un poema asombroso del áureo Soto de Rojas) y caracterizado por su apertura. Choca, por ello, la construcción de un jardín, aunque sea vertical, hermoso y posmoderno, en pleno centro de Madrid. Hay que preguntarse cuál es el nuevo Rey que demanda estos nuevos jardines. La lógica de la arquitectura espectáculo (en la que puntualmente, como casi todos, han caído estos fantásticos arquitectos suizos) lo sugiere claramente: el Dinero es el nuevo emperador, y Occidente la vasta Babilonia donde ahora levanta sus jardines.
viernes, 18 de abril de 2008
Pasadizo entre el jardín vertical del Caixa Forum y Nabucodonosor
El impresionante jardín vertical que los arquitectos Herzog & de Meuron han encargado a Patrick Blanc, para la pared lateral del Caixa Forum en Madrid, me ha recordado a los Jardines Colgantes que Nabucodonosor levantara en Babilonia para paliar la tristeza de su esposa, nacida en zonas montañosas llenas de bosques. La retórica del jardín, como apuntamos en otro lugar, es profundamente monárquica, frente a la apariencia democrática del parque, construido para todos (Paraíso cerrados para muchos, jardines abiertos para pocos, se llamaba un poema asombroso del áureo Soto de Rojas) y caracterizado por su apertura. Choca, por ello, la construcción de un jardín, aunque sea vertical, hermoso y posmoderno, en pleno centro de Madrid. Hay que preguntarse cuál es el nuevo Rey que demanda estos nuevos jardines. La lógica de la arquitectura espectáculo (en la que puntualmente, como casi todos, han caído estos fantásticos arquitectos suizos) lo sugiere claramente: el Dinero es el nuevo emperador, y Occidente la vasta Babilonia donde ahora levanta sus jardines.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
13 comentarios:
Para quien quiera pasar 10 minutos fascinantes viendo los jardines verticales de Blanc: http://www.verticalgardenpatrickblanc.com/mainen.php
Gracias por la reflexión, Vicente. Creo que además el tema de la verticalidad, que en esencia queda alejada del humano de a pie, implica una alusión al espectáculo al asentar al peatón en la horizontalidad de su plano. Lejos queda el zigurat como edificación de paredes en parte paseables. En Madrid es más que evidente ese recorte de espacios para el paseo, con una planificación urbana que desde el inicio de su desarrollo se constituye en obstáculo al libre paso, o incluso en el mobiliario urbano, que está pasando de ser apropiado para el disfrute colectivo a ser simple espacio individual para recuperar fuerzas.
Un saludo.
mientras, lo multidimensional con algo parecido al teléfono: una pantalla para la oreja y un teclado para hablar.
la literatura que se hace hoy dia es, en la distancia, como un palido reflejo entre el huerto de Getsemani y los jardines de Seminaris. Es con todo, y amodo comparativo con el muro verde aqui mencionado, una mera sombra de lo que debe representar tal cota artistica como es la literatura. Dicha, se ha transmutado en un acopio mercantilista en detrimento de lo que ella representa, SENTIMIENTOS NO PALABRAS. La literatura tiene que ser un vehículo de union entre los sentimientos y la realidad, expresadas libremente sin censura ni condicionantes editoriales. ZENIUS Para cualquier comentario os podeis dirigir a mi blog de opinión : literaturadart.blogspot.com
¿Seminaris? No conozco ese jardín.
En cuanto a lo que debe ser la literatura, no me mojaría por esa teoría tuya, anónimo, porque creo que desgajas partes que no tienen por qué no estar en la obra literaria. Que todo lo pasado fue mejor me parece un tópico tan manido como dañino, aparte de que la experiencia estética de un lector de Guerra y Paz a fines del XIX nunca será la que sintamos nosotros ni podremos más que imaginarla.
En cuanto a lo que tiene que ser la literatura, ha tenido que ser demasiadas cosas, y si ahora está "presa del mercantilismo", es porque lo estamos todos y hasta para escribir a la manera decimonónica (materialmente) colaboramos con/hacemos el mercado: necesitamos lápiz y papel.
Hace mucho que la literatura dejó de ser un arma revolucionaria, si es que lo fue en algún momento, y si ahora puede volver a serlo, debería ser gracias al y sobre el mercado. Nunca antes una obra podía llegar a tanta gente, nunca antes hemos estado tan informados y nunca antes tanta gente podía escribir con su concepción personal de lo que es la literatura (otra cosa ya sería publicar en una edtorial, pero si nos planteamos la literatura solo como un ejercicio de sentimientos, lo individual, que deja fuera las palabras, lo común, ¿para qué el mercado, para qué la literatura, para qué escribir siquiera?).
Dictar lo que es la literatura puede tener cierta relación con la experiencia estética de los jardines de Blanc: el paseante puede observar en un plano físico que le es inaccesible, que lo define como un punto en un espacio separado de la experiencia directa (oler las plantas aromáticas, mirar cómo se agrupan las hojas, notar su roce en las pantorrillas en una noche de verano...). A cambio tiene acceso a un espacio regular y regulado de líneas más o menos rectas entre las que puede seguir una trayectoria definida: dentro de la libertad de movimientos, las ciudades son cada vez más un escenario virtual en el que se tiende a economizar la experiencia directa, y la arquitectura actual, con esa tendencia a la elevación, a la separación del suelo, tiene en gran parte la culpa. Entiendo que definir la literatura en términos tan tajantes tiene un efecto similar.
Frente a eso, el fragmento, que tiene tanto que ver con sentimientos como con palabras, se constituye en respuesta humana porque se acerca al máximo a la experiencia directa actual.
Hola Vicente & co. Vaya por delante un saludo a todos. La arquitectura (no sé si lo siguiente es extrapolable a la literatura), no se aleja del suelo, se aleja de la gente, de los ciudadanos, Demócrito pensaba que todo lo que está en el mundo es producto del azar y de la necesidad, me imagino que todo eso estará hoy muy matizado, y quizá superado por la biolo-fisio-filoso-astrono-literat-ura pero en arquitectura creo que puede servir como ideario implícito a la construcción, un azar implícito en cualquier creación y en aras de la creación y sobre todo una necesidad ciudadana, poca necesidad tiene ese jardín para los ciudadanos. Hay un libro interesante de Iñaki Ábalos titulado "La buena vida" que trata varias corrientes filosóficas aplicadas a la arquitectura con una intención clara: ver cómo la arquitectura se ha ido amoldando a los designios del pensamiento. En este momento creo que se amolda al pensamiento de lo propagandístico dentro de lo empresarial. Un abrazo a todos.
Hola, Vicente.
Es como una franquicia: el tipo en cuestión hace jardines similares por todo el mundo. Como un puente Calatrava.
Te escribo desde Madrid, después de presentar "El lugar de Piglia. Crítica sin ficción" (Candaya), con tu texto.
Abrazo
Jordi C.
“Comentarios y conceptos extravagantes, resultados de un intelecto fantasioso e inquieto. A pesar de mis intentos, no puedo usar en su contra todo lo que dice.
Para ser justos, un último ejemplo: él estaba tratando de analizar la particular atracción que ejercen las grandes masas de agua inmóvil, como los lagos o los embalses. Yo comenté que era el único caso en el cual la Naturaleza nos brindaba
el espectáculo de un plano euclidiano que se extendía sin límite aparente; representaba el sometimiento final a la ley de la gravedad que actúa constantemente
sobre nuestros tejidos vivos. De aquí pasó a decir que el gran logro de la arquitectura fue formar el plano euclidiano y ponerlo sobre un lado. Un muro es impresionante porque es una masa de agua… puesta sobre un lado (…).”
Thomas M. Disch, Campo de concentración.
Título original: Camp Concentration.
Traducción: A. Laurent.
© 1968 by Thomas M. Disch.
© 1988 Ultramar Editores S.A.
Mallorca 49 - Barcelona
ISBN: 84-7386-530-8
Edición Electrónica: Elfowar
Corrección: abur_chocolat
http://www.librosgratisweb.com/pdf/disch-thomas/campo-de-concentracion.pdf
http://en.wikipedia.org/wiki/Thomas_Disch
Crítica en el blog la tormenta en un vaso de El cura, Berenice, 2007 (The Priest, A Gothic Romance, 1994).
http://latormentaenunvaso.blogspot.com/2007/05/el-cura-thomas-m-disch.html
Blog, livejournal de Disch,
http://tomsdisch.livejournal.com/
--
c.m.
Para los que ya conozcáis la dispersa obra de Disch no es ninguna sorpresa la cantidad de referentes que tomó Alan Moore de esta novela -de 1968- para su V de Vendetta, con un tratamiento muy distinto, eso sí. Una reciente relectura de Campo de concentración me ha llevado a reconsiderar el papel de la magia y la alquimia en este libro que también practica en estos días el mago británico,¿todo está conectado? Un saludo.
c.m.
Sorry. Parece que el enlace no está completo. Probad a juntar los renglones, porque sale bien la página
http://www.librosgratisweb.com/
pdf/disch-thomas/
campo-de-concentracion.pdf
ídem con este
http://latormentaenunvaso.
blogspot.com/
2007/05/el-cura-
thomas-m-disch.html
--
c.m.
Estaba pensando...la antigua Babilonia agredida por el mismo Rey.
los imagino capaces, no creo, de decir: armas no tenían, fuimos a impedir sus nuevos jardines colgantes with god in our side.
El uniforme, a diferencia de la temporada 199-91, simula tierra húmeda; las plantas salen de su escondite, nos acompañan hasta la base. Con nosotros se encuentrán más seguras.
Un abrazo
"Una nueva filosofía del jardín sólo puede partir de la ruptura con la falsa imagen de naturaleza.
Por eso Assunto es más prudente cuando define la esencia del jardín del siguiente modo:
"[...] es el ideal al que aspira la exigencia de hacer arte en la naturaleza, con la naturaleza (esto decimos cuando hablamos de la jardinería): es la recuperación mediante nuestro trabajo de una imagen de la naturaleza intacta, pero a la vez despojada de todo lo selvático, doméstica pero no artificial; es el ideal de una naturaleza que sea a la vez tal como nos imaginamos que fuera en el origen, antes de una historia interpretable como un sucesivo alejamiento de la naturaleza, y a la vez tal como se espera restaurarla al final de una historia cuyo proceso se convierta de extrañamiento de la naturaleza y progresivo alejamiento de ella (...) en restauración y reconquista de una naturaleza para nosotros, cono nosotros y en nosotros conciliada en y para sí misma". (Rosario Assunto, "Filosofía del giardino e filosofía nel giardino". Citado por Miguel Cereceda en el volumen 3 de las Actas de los Cursos Arte y Naturaleza. UIMP Pirineos, Diputación de Huesca).
La idea por tanto de una naturaleza que funciona a la vez como ideal nostálgico de una relación perdida de los hombres con su entorno y como idea regulativa de cómo las cosas deban ser entre los hombres mismos y entre éstos y su entorno. Un concepto pues de naturaleza que la caracteriza ante todo por yuxtaposición a la historia: como lo que era antes de la historia y como lo que debe volver a ser en el final de los tiempos. La naturaleza de este modo se convierte, a pesar de todas las precauciones filosóficas, en un mero fetiche que se agita delante de la sociedad para espantar sus males. Esta idea religiosa de la naturaleza ha estado en la base del desarrollo de los distintos estilos jardineros de la antigüedad, desde los jardines persas al jardín romanas, a los jardines hispano-musulmanes del s. XIV o los jardines mongoles de Cachemira, en el s. XVII (estrictamente contemporáneos de los jardines de Le Nôtre)."
Miguel Cereceda
Filosofía del jardín y filosofía en el jardín. Obra citada.
En esto jardines verticales, se encarna quizás la más potente metáfora de un "paraíso perdido", mostrado y manipulado ahora por medio de la técnica, que nos lo muestra en el espacio de la única forma en que no podemos vivirlo corporalmente. El paraíso perdido deviene así en un trofeo de caza que se nos muestra, en un gesto exhibicionista, como triunfo de la técnica. Podemos contemplarlo, obligados casi a asombrarnos por la capacidad de manipular la naturaleza, pero nunca podremos volver a pasear por ese jardín primigenio, puro artificio. Un jardín sin naturalidad, al que se le podrían aplicar las palabras que con sorna dedicaba Flaubert al tema al final de Bouvard y Pecuchet: "Los jardines ingleses son más naturales que los franceses".
Salú-2 a todos.
Curioso que se haya aludido a Alan Moore pues cuando vi los jardines de Caixa Forum pensé inevitablemente en la última saga que Moore escribió para Swamp Thing, en la que la vegetación inundaba y transformaba la ciudad de Gotham. Sin embargo en este caso es todo lo contrario, la vegetación se nos "muestra" como un artificio más de las instituciones y el "poder".
Publicar un comentario