sábado, 18 de mayo de 2024

Los infinitivos de Vicente Undurraga


Estoy leyendo estos días, en agradables y espaciados sorbos, los diecisiete ensayos que componen Todo puede ser, de Vicente Undurraga, escritor y editor chileno, editado por uno de mis sellos preferidos de los últimos años, Hurtado & Ortega. Cada ensayo desarrolla un tema asociado a un verbo en infinitivo, con talento y voz personal, llevando a quien lee por derroteros a veces inesperados y otras veces no por previsibles menos interesantes, gracias a su afortunada y sólida escritura. Jesús Aguado, en su hermoso libro Heridas que se curan solas. Aforismos sobre la poesía (Libros de la resistencia, 2020, p. 44) escribe: “Verbos en infinitivo: un modo de contener nuestra natural expansión incontrolable hacia el pasado y nuestro eufórico despliegue hacia el futuro, esas dos falacias, esos dos chantajes, esas dos mentiras oficiales”. También los ensayos de Undurraga se instalan en un tiempo perdurable y fugaz a la vez, infinitivizando la mirada. Los verbos más subrayados hasta el momento: "Abdicar", "Caminar" y "Leer". Sigo.

lunes, 6 de mayo de 2024

Notas sobre Martinete del rey sombra

 

-Martinete del rey sombra ha obtenido el premio Cálamo Otras Miradas y el Premio Nacional de la Crítica a la mejor obra de narrativa de 2023. Estos premios suponen un justo reconocimiento al trabajo serio, silencioso y constante de Raúl Quinto durante estos años, que hemos comentado aquí en cuatro ocasiones (una, dos, tres y cuatro). También es un premio a la destacada labor de la editorial Jekyll&Jill, que selecciona y cuida obras con enorme exigencia.

 

-La obra narra la gestación y consecuencia de la gran redada de gitanos del 30 de julio de 1749, realizada por Fernando VI e instigada por el Marqués de la Ensenada, uno de los numerosos puntos oscuros de nuestra historia, pero que no es demasiado conocido. Quinto explica el terrible episodio, lo contextualiza debidamente y nos sitúa ante un espejo donde da bastante vergüenza mirarse.

 

-No es nada fácil definir literariamente este libro, híbrido, como las anteriores obras en prosa del autor. En la nota final, Quinto habla de “novela que […] se negó a serlo” (p. 170). Puede que intentar un acercamiento negativo, por una vez, no sea una mala aproximación a este asunto. Por ejemplo, sospecho que el autor no quería hacer una novela histórica al uso, y la presencia de algunos elementos irracionales o fantásticos en la narración es la mejor manera de apartar categóricamente la posibilidad de que Martinete del rey sombra pueda ser considerada como novelística histórica.

 

-Una de las características más molestas de las ficciones históricas es su regodeo en los detalles ambientales, esa especie de exhibición erudita dirigida a demostrar que el autor se ha documentado para escribir la novela. Por el contrario, una de las cosas que más me han gustado de Martinete del rey sombra es que solo muestra los datos precisos y exactos para ubicar al lector, solo se le proporcionan los detalles necesarios para que pueda sumergirse en la en la historia, sin abusar de los recursos documentales.

 

-Otro aspecto interesante, recalcado en todas las reseñas que se han hecho de la obra, es la potencia del lenguaje. Es uno de los libros mejor escritos del último año, pero creo que eso solo puede sorprender a quienes hayan accedido a la obra de Quinto ahora, puesto que los lectores de Idioteca (El Gaviero, 2010), Yosotros (Caballo de Troya, 2015) o La canción de NOF4 (2021) ya conocíamos este trabajo estilístico de alto voltaje. De hecho, hay bastantes elementos en común entre La canción de NOF4 y Martinete del rey sombra. Apunto algunos: la forma de alternar frases largas con enunciados cortos y tajantes; los fogonazos líricos; la plasticidad de las descripciones; los saltos temporales de las diversas piezas; o el tono poético de los pasajes donde se describen accesos de locura de algunos personajes.

 

-En una conversación con Quinto, Santiago García Tirado ha explicado los mecanismos poéticos que el autor utiliza en este y otros libros: rimas temáticas, especularidades compositivas, ecos lingüísticos, enumeraciones, etcétera. Como ha explicado Quinto en alguna ocasión, al escribir planifica tanto sus obras poéticas como sus narrativas de una forma muy similar, variando solo algunas estrategias concretas.

 

-En varias ocasiones he citado una inteligente opinión de Junot Díaz, quien defiende que para contar algunos episodios brutales de horror colectivo el realismo se asfixia en su razón instrumental, y resulta necesario emplear la fantasía o la irracionalidad para narrar ciertos episodios terribles de la historia. Ese podría ser el motivo por la que en algunos momentos Martinete del rey sombra adquiere tintes alucinatorios.

 

-El retrato de los monarcas, tanto de los españoles como de los extranjeros, es bastante duro, algo lógico teniendo en cuenta que hablamos de un momento en el que estaban en juego aspiraciones opuestas de extensión territorial. Pero sorprende la capacidad de empatía de Quinto, puesto que, dentro del crítico retrato que hace de Fernando VI, creo que también hay momentos de comprensión hacia su soledad y su dolor tras la muerte de Bárbara de Braganza, su esposa, así como en el modo de describir cómo es poseído gradualmente por la locura.

 

-Otro elemento relevante de la no-novela es el narrador, que utiliza la primera persona del plural: “dijimos” (2023, p. 125), y que además es archiconsciente: “antes de salir de este libro” (2023, p. 125). Es un narrador muy similar al de La canción de NOF (“Continuamos en 1973…”, 2021, p. 65), pero me parece que hay una distinción fundamental: Quinto se dirigía a Nannetti en segunda persona, favoreciendo la identificación entre su escritura desatada y la del artista italiano. En cambio, con Fernando VI o el Marqués de la Ensenada nunca se abandona la tercera persona, como para mantener una clara distancia. Una cosa es empatizar con el personaje, parece decirnos el autor, y otra muy distinta identificarse con él.

 

-En resumen, Martinete del rey sombra es una obra que merece todas las lecturas y premios que le lleguen, y que contribuye a refrescar nuestra memoria, algo siempre más que necesario.

 

 

[Relación con el autor: cordial. Relación con la editorial: ninguna]