Acaba de aparecer, por fin, la poesía completa de Eduardo García (1964-2016), en un volumen editado con exquisito buen hacer por la Fundación José Manuel Lara de Sevilla.
El libro, amén de reunir la obra de uno de los poetas contemporáneos a mi juicio más relevantes, aporta varias novedades de interés. En primer lugar, un "Prólogo del autor" donde García, con su clarividencia habitual, deja por escrito algunas ideas importantes para comprender su trabajo, en el que "la poesía revela y genera realidad" (p. 32). En segundo lugar, unos apéndices que recopilan poemas publicados en revistas y otros que dejó a su muerte sin pertenecer a una colección concreta. Y en tercer y muy importante lugar, dos pequeños poemarios inéditos, que me parecen valiosísimos: La hora de la ira, un libro de rotunda claridad, donde lo político está a la misma altura de lo poético, y Bailando con la muerte, un conjunto estremecedor de poemas escritos desde la cruda certidumbre de la proximidad del monstruo. Son unos poemas que no pueden leerse con un desgarro, pese a que la singular entereza de García le permitió añadir incluso detalles de humor a la sordidez de la enfermedad.
Lleva
un prólogo íntimo e inteligente de Andrés Neuman, y un largo epílogo a mi cargo, donde
intento esclarecer algunas claves poéticas e intelectuales de la obra de
García, ahondando particularmente en su metáfora arquetípica de la
lluvia en el desierto. Como muestra de la valía de los poemas inéditos, véase este texto de La hora de la ira, en el que García engarza algunas marcas del imaginario de la posguerra española con hechos insertos en la lógica actual de crisis económica:
Como dije en la presentación del libro en Córdoba el pasado viernes, Eduardo era profesor a veces, pero maestro siempre. Un ser afable y cercano que siempre enseñaba y daba ejemplo, tanto en lo intelecual como en lo personal. Amén de esta recopilación de su obra poética el lector puede disfrutar de la inteligencia y alcance de su ensayo Una poética del límite (2005), de la calidad de un texto que es mucho más que un manual de escritura creativa, Escribir un poema (2000, 2003, 2011), o de los aforismos brillantes y comprometidos de Las islas sumergidas (2014). Quedan todos estos testimonios de un poeta único y, sobre todo, de una persona irrepetible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario